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EEUU y Seúl harán maniobras para presionar a Corea del Norte

Corea del Sur suspende el envío de ayuda humanitaria a Pyongyang tras el ataque.

el 24 nov 2010 / 22:07 h.

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Los militares trabajan en la zona destruida por el ataque de artillería de Corea del Norte el pasado martes.

Las dos Coreas intercambiaron ayer duras amenazas, un día después del ataque norcoreano a la isla de Yeonpyeong, cerca de su tensa frontera marítima, que causó cuatro muertos, dos de ellos civiles, y 18 heridos. En medio de esta tensa calma, EEUU y Corea del Sur confirmaron su alianza al anunciar conjuntas maniobras militares en el Mar Amarillo.

Al mismo tiempo el Gobierno de Seúl anunció una "dura represalia" si hay más provocaciones, además de incrementar su presencia militar en las islas del Mar Amarillo, donde el martes se produjo el intercambio de disparos de artillería entre ambos países vecinos y enemigos desde hace 60 años. Por su parte, Corea del Norte, que acusa al Sur de iniciar los disparos que desembocaron en un ataque sin precedentes contra territorio surcoreano, avisó a su vecino de que es responsable de llevar a la península "al borde de la guerra".

En este ambiente de acusaciones y amenazas se reiteró la unión entre Washington y Seúl. Ambos gobiernos decidieron realizar maniobras militares en la zona desde el próximo domingo hasta el miércoles. Estos ejercicios militares, que ya estaban planeados, se anunciaron después de una conversación telefónica entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y de Corea del Sur, Lee Myung-bak, en la que reafirmaron su acuerdo y condena al ataque norcoreano.

El Gobierno de Lee Myung-bak anunció que estas maniobras, que contarán también con al menos cuatro buques de guerra de EEUU, tienen carácter "disuasorio" y "defensivo" para dejar claro que cualquier provocación de Pyongyang tendrá una respuesta contundente.

No obstante, China, principal aliado de Corea del Norte, no ha condenado el ataque, pero hizo un llamamiento a la "calma" para evitar una escalada de violencia. Por su parte, Japón, junto a Estados Unidos y Corea del Sur abogaron por un frente unido de la comunidad internacional, aunque aún no se han anunciado las posibles medidas de la ONU.

Situación en la isla. Mientras el mundo vive con preocupación las tensiones en la península coreana, los habitantes de Corea del Sur siguen sufriendo las consecuencias del ataque del martes, que causó cuatro muertos y 18 heridos, y destruyó una veintena de casas. Entre los fallecidos hay dos obreros que trabajaban en la base de Yeonpyeong, la zona más afectada por el ataque.

Por todo ello, el ministro de Defensa surcoreano, Kim Tae-young, indicó que se aumentará el número de piezas de artillería en la isla, así como el alcance y calibre de los obuses, después de que durante el ataque del martes unos 80 proyectiles norcoreanos barrieran la zona.

Asimismo, Seúl interpretó la ofensiva norcoreana en clave sucesoria. En este sentido, el titular de Defensa consideró que Pyongyang llevó a cabo una maniobra deliberada para subrayar el liderazgo de Kim Jong-un, hijo menor del dictador norcoreano, Kim Jong-il, aupado como probable sucesor a finales del pasado mes de septiembre.

Corea del Sur anunció también la suspensión del envío de ayuda humanitaria prometida a Corea del Norte tras las inundaciones que sufrió en agosto, así como de las negociaciones sobre reencuentros familiares previstas para hoy en territorio surcoreano. Pyongyang declaró que ya no le preocupan los intercambios humanitarios con Seúl, pero la Cruz Roja norcoreana acusó al Sur de "arruinar" los futuros encuentros entre las familias separadas desde hace más de medio siglo por la Guerra.

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