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Efectos de la 'crisis del ladrillo'

Aunque el que suscribe tiene la certeza de que Manuel Ruiz de Lopera y Ávalos no vende ni a tiros su paqueta mayoritario del Real Betis Balompié SAD, lo cierto es que en los últimos tiempos, quince años después del comienzo del virreinato loperiano, es cuando más se habla de venta.

el 14 sep 2009 / 22:13 h.

Aunque el que suscribe tiene la certeza de que Manuel Ruiz de Lopera y Ávalos no vende ni a tiros su paqueta mayoritario del Real Betis Balompié SAD, lo cierto es que en los últimos tiempos, quince años después del comienzo del virreinato loperiano, es cuando más se habla de venta. Pero al margen de la propia resistencia del posible vendedor, del que tiene que rendirse, hay un hecho objetivo que está lastrando y mucho cualquier intento serio de sentarse en serio en una mesa. No se trata de otra cosa que la llamada 'crisis del ladrillo', cuyo máximo exponente en nuestros días en la aparente caída de Luis Portillo, dueño del paquete mayoritario de Colonial, su empresa de referencia, que se ha devaluado casi un 50% en sus dos últimos días de cotización. Un desastre que a Portillo y muchos más les ha costado una auténtica fortuna, la que hace falta para hacerse con un equipo de fútbol. También padece los rigores del mercado, pero de otra forma y a otro nivel, Luis Castel, el segundo posible comprador del Betis al que se la ha dado más cancha en las últimas semanas y que también tiene que ver mucho o muchísimo con el mercado inmobilario. La empresa que venía apadrinada por el ex presidente Maduit también ha hecho dinero con el suelo y la construcción. No sabemos si la recurrente oferta de Qatar existe, así que mucho menos si tiene que ver con dinero procedente del ladrillo. Pero esta crisis no sólo lastra la posible venta del Betis o los bolsillos de millones de hipotecados. También el Sevilla tiene un consejoo plagado de constructores de mayor o menor relevancia en el sector, que deberán estar más pendientes del negocio propio que del Sevilla. No obstante, al conjunto nervionense lo que más le ocupa en este asunto es que lleva meses negociando con las cajas de ahoroo un crédito millonario (entre 100 y 200 millones de euros) a pagar en más de 30 años y que con la alarmante subida de tipos de interés no es para tomárselo a la ligera. Además, en el Sevilla, con su presidente incluido, se tiene muy presente la crisis deportiva que emanó de la construcción del estadio Ramón Sánchez Pizjuán. No son buenos tiempos para el ladrillo, tan relacionado con el fútbol en los últimos tiempos más que en los pasados, aunque esa relación se ha dado casi desde el primer balonazo que se dio en paños menores.

Como responda Toni... El cuerpo técnico del Betis quiere reforzar el equipo este mes de enero. Una cosa es que se diga de cara a la galería una perogrullada como que sólo se pretenden jugadores que mejoren lo que hay, y otra bien distinta es que no se encuentren precisamente mejores futbolistas que los que tiene el Betis, que los hay por arrobas. Es verdad que algunos de los futbolistas pretendidos son extracomunitarios (Liedson sobre el resto), por eso se está tanteando la opción de Toni en el lateral izquierdo en detrimento de Babic, que ocupa plaza de extranjero pese a su condición de croata.

Si el canterano juega el derbi, como lo hizo ante el Elche, sería lanzarle un mensaje directo a Babic, que por otra parte necesita jugar porque tiene con su país una Eurocopa por delante este mismo verano y su seleccionador, pese a que de momento no pone en duda su presencia, no podría mantenerlo si sigue sin jugar con cierta asiduidad.

Magnano aguanta de momento. El técnico del Cajasol, el argentino Rubén Magnano, está en el alambre. No hay antídoto conocido para el entrenador que pierde, y este equipo de baloncesto de Sevilla pierde muchísimo más de lo que puede aguantar sus pocos fieles y la entidad bancaria que lo sostiene. Lo que pasa es que Magnano, que venía con un gran cartel, seguramente merecido, tiene un sueldo que lo blinda hasta cierto punto. Un técnico con otro salario ya habría caído, algo que no se puede descartar en las próximas semanas. De momento ha salvado otra bola de partido, que no es poco.

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