Cientos de miles de egipcios, cerca de un millón según las televisiones árabes, se congregaron ayer nuevamente en El Cairo por decimoquinto día consecutivo para pedir al presidente del país, Hosni Mubarak, su dimisión inmediata y poner de manifiesto su rechazo a las medidas adoptadas hasta ahora por éste y la oposición para relajar la tensión.
Como ya es habitual desde hace dos semanas, pero con una mayor presencia que en días anteriores, los egipcios acudieron en masa a la plaza Tahrir, algunos de ellos por primera vez desde que comenzaron las protestas, para reclamar la salida definitiva del poder de Mubarak, que gobierna el país desde hace tres décadas.También hubo protestas en Alejandría, segunda ciudad del país.
De poco parecen haber servido las concesiones hechas hasta ahora por el mandatario egipcio, como su decisión de no presentarse a las elecciones presidenciales de septiembre o su promesa de una transición pacífica del poder. Tampoco parece estar surtiendo efecto el diálogo emprendido el domingo por el nuevo vicepresidente, Omar Suleiman, con los grupos de oposición, incluidos los ilegalizados Hermanos Musulmanes.
En este sentido, Suleiman anunció ayer que, tras un encuentro con Mubarak, la formación de una "comisión constitucional, supervisará las enmiendas a la Constitución y las enmiendas legislativas que se requieran". Asimismo, aseguró que está en marcha "una hoja de ruta clara con un calendario fijo para cumplir con una transferencia pacífica y organizada del poder". Según informó el diario independiente Al Masri al Youm, la comisión formada por Mubarak está compuesta de 11 expertos legales que deberán elaborar propuestas para la enmienda de tres artículos de la Constitución, en concreto para modificar las condiciones para ser candidato a la presidencia, limitar el número de mandatos del presidente y restablecer la supervisión judicial plena de los comicios.
Dicho comité lo encabeza el magistrado Serri Mahmud Siam, un firme partidario del régimen de Mubarak, según el diario, que contribuyó a redactar las enmiendas constitucionales introducidas en 2007 en 34 artículos y que la oposición y los grupos de Derechos Humanos calificaron de inconstitucionales. Entre otros cambios, prohibían la actividad política pacífica, en particular la de los Hermanos Musulmanes, el mayor grupo opositor del país.
Este grupo solicitó ayer a la nueva comisión que "encuentre una solución para que cualquier enmienda constitucional se aplique inmediatamente para restaurar la dignidad de todos los egipcios, que merecen vivir una vida digna y libre de la opresión y la corrupción".
En este sentido, consideraron en un comunicado que el Gobierno "no ha cumplido con las demandas de los ciudadanos y se ha quedado corto". "Las demandas del pueblo se mantienen, ya que han perdido la confianza en cualquier autoridad y han comenzado a cuestionarse la seriedad de los cambios prometidos", destacó el grupo islamista.
Liberaciones. También, y debido a las continuas protestas, el Gobierno egipcio puso ayer en libertad a 34 presos políticos, según informó la agencia oficial MENA. "El ministro del Interior, Mahmud Wagdy, emitió la orden hoy [por ayer] de liberar a 34 presos políticos que se considera que están entre los elementos extremistas, tras evaluar sus posiciones", informó la agencia. "Han mostrado buenas intenciones y expresado su deseo de vivir en paz con la sociedad", añadió la agencia oficial de noticias, que precisó que se habían entregado a las autoridades de Egipto tras haber escapado de prisión durante los días de desórdenes que se vivieron el mes pasado.
Otra de las personas liberadas ayer en El Cairo fue el ejecutivo de Google Wael Ghonim, según aseguró un familiar a Reuters. "Sí, hablamos con Wael. Ha sido ya puesto en libertad y está de camino a casa", explicó por teléfono un familiar del ejecutivo del gigante de internet. No estaba claro quién o qué organización lo había detenido. Anteriormente, el canal de televisión Al Arabiya había informado de que Ghonim estaba libre y se dirigía a la céntrica plaza Tahrir.