El 15-M anunció ayer que ha ocupado el antiguo mercado de la Encarnación, vacío desde que las tiendas se mudaron a las setas en diciembre del año pasado, y que dejará que se decida en asamblea qué usos sociales se le deben dar, en una iniciativa que emula a las que realizaron indignados de Madrid y Barcelona tras las masivas movilizaciones del 15 de octubre.
Una tela con el lema De la indignación a la acción en la fachada anticipaba lo que se anunció tras la manifestación por una vivienda digna que congregó a unas 300 personas desde la Plaza Nueva hasta las setas: que un "grupo autónomo" del 15-M había decidido ocupar la nave industrial para dedicarla a usos sociales y "garantizar así un punto de encuentro para la ciudadanía y para el 15-M ante la llegada del invierno y las lluvias", "hasta que el Ayuntamiento ceda otro espacio adecuado a las verdaderas necesidades ciudadanas".
Un grupo de indignados abrió desde dentro las puertas del antiguo mercado e invitó a entrar a los que habían participado en la manifestación, que estaban a la espera de iniciar una asamblea en las escalinatas de las setas que dan a la calle Regina, que entraron en tropel por pocos minutos. Los portavoces añadieron que ahora se "invitará a las distintas asambleas a debatir el futuro uso" de este espacio a partir de esta misma tarde, cuando se verán de nuevo en las setas a las 18 horas.
La furgoneta de antidisturbios y el patrullero de la Policía Local que habían estado controlando la manifestación no intervinieron.
El mercado es propiedad de una familia, pero la titularidad está muy parecelada porque ha sido heredado por los hijos de los dueños originales en los 37 años de arrendamiento municipal. Al no ponerse de acuerdo sobre qué uso darle cuando las tiendas se fueron al nuevo mercado, la nave lleva vacía casi un año. La familia ha contratado a un administrador para gestionar qué uso darle.
"Era necesario un espacio de reunión sin las trabas y la burocracia de los centros cívicos", se leyó en un comunicado, en el que se recordó que el lugar emblemático del 15-M en Sevilla, la plaza del Metropol Parasol, es un recinto privado al que Sacyr, la adjudicataria, "restringe la entrada cuando quiere" con vallas.
La acción fue anunciada al concluir una manifestación en la que se exigían medidas como la dación en pago de las viviendas hipotecadas, una moratoria en las ejecuciones por impago o más seguridad para el alquiler.
