La propuesta de convenio de acreedores que ya obra en poder del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla es un documento que ronda la treintena de páginas a las que hay que añadir el plan de viabilidad, que a su vez es la hoja de ruta que debe seguir el Betis a partir del 1 de julio y de la que no se debe separar ni un milímetro, so pena de incumplir algún pago y verse abocado a la liquidación. Es decir, la desaparición.
Ese plan de viabilidad contempla múltiples escenarios, según esté el equipo en Primera o en Segunda. El ideal está claro: en ocho años, con el Betis siempre en la máxima categoría, la deuda será historia y el club estará saneado. Pero también engloba fórmulas para acortar los plazos de pago en la medida de lo posible. La más llamativa tiene que ver con uno de los activos más importantes del Betis: su plantilla. En el plan se establece que el 25% de cualquier traspaso que se realice durante la vigencia del convenio se destinará a saldar deudas pendientes. Estas operaciones estarán al margen de la partida del presupuesto anual que se dedique a los acreedores. En otras palabras, la venta de algún jugador podría adelantar el pago total de la deuda en uno o varios años.
