La población inmigrante quiere vivir en el área metropolitana. Tal es el influjo que tiene para los extranjeros que ya forman parte importante del crecimiento demográfico de la Gran Sevilla. Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) , el 40% de los nuevos residentes metropolitanos son inmigrantes que se inscribieron en el padrón. De esta manera, la inmigración, junto a la elevada tasa de natalidad, se erigen en los factores principales de que la Gran Sevilla crezca a razón de más de 20.000 habitantes al año.
Los últimos datos del padrón -enero de 2009- cifran la población extranjera empadronada en 61.405 personas, casi un 16% más que en el anterior ejercicio. Eso se traduce en 8.426 nuevos residentes. De estos, más de la mitad (56%) viven en la capital hispalense, que está intensificando en los últimos su campaña para promover los empadronamientos y así mantenerse por encima de los 700.000 habitantes, una cuestión prioritaria en términos políticos -perdería dos concejales- y económicos -percibiría menos fondos procedentes del Estado-.
Pese a ser la que más crece en número, la capital no es la que ha experimentado un mayor aumento en el último ejercicio. Isla Mayor, con un 37% más de inmi- grantes, encabeza una lista en la que también están Santiponce y Gerena, con el 34% más, y San Juan de Aznalfarache, que ha incrementado un 30,9% el número de inmigrantes empadronados. El caso de San Juan no es extraño, puesto que es la población con más presencia de extranjeros del área metropolitana. Casi uno de cada diez sanjuaneros son inmigrantes, principalmente de países como República Dominicana, Marruecos, Colombia y Ecuador.
Ese aumento ha permitido que la población extranjera siga creciendo en representación:si hace dos años tan sólo representaban el 2,9% de los habitantes, en el último padrón ya ocupa el 4,1%. Esa tendencia es habitual en las grandes aglomeraciones urbanas, según los expertos en Geografía Humana, que recuerdan que en los noventa también hubo un fenómeno similar en Barcelona y Madrid, cuando se produjo una mayor afluencia de inmigrantes, principalmente a las capitales. En el caso de Sevilla se ha aletargado este fenómeno, que ha empezado a aflorar en los últimos años.
Los primeros síntomas están en la concentración de la población. En esa línea, destaca que el 85,2% de los inmigrantes empadronados en la provincia de Sevilla se encuentra alojado en uno de los 46 municipios del área metropolitana. O lo que es lo mismo, sólo 10.500 extranjeros han escogido vivir fuera de la Gran Sevilla, aunque bien es cierto que en esta estadística no se contabilizan a los que no tienen regularizada su situación.
En cuanto a su procedencia, los marroquíes vuelven a ser el colectivo inmigrante con más representación, después de aumentar un 20% y alcanzar los 6.495 habitantes empadronados. La mayoría residen en la capital (3.681), Dos Hermanas (332), Alcalá de Guadaíra (240), San Juan de Aznalfarache (191) y Los Palacios y Villafranca (183).
Marruecos recupera así su trono que tuvo en los últimos años excepción del padrón de 2008, cuando fue superado por la población rumana, que creció aquel año un 71%, frente al 13,25% del anterior ejercicio.