Cerca de siete de cada diez vascos considera que el Gobierno central debe facilitar la reinserción de los presos de ETA "que renuncien a la violencia" y defiende su acercamiento a las cárceles de Euskadi, mientras que el 66% rechaza concederles una amnistía. Además, casi seis de cada diez ciudadanos piensan que los reclusos de la banda deben renunciar a la actividad terrorista y denunciarla para poder acceder a beneficios penitenciarios.
Estos datos aparecen recogidos en el Sociómetro Vasco sobre el final del terrorismo, elaborado por el gobierno autonómico a partir de entrevistas realizadas a 2.254 personas residentes en las tres provincias vascas entre el 6 y el 11 de febrero, cuatro meses después del anuncio del "cese definitivo" del terrorismo por parte de ETA. El estudio fue presentado ayer por el responsable del gabinete de Prospección Sociológica vasco, Víctor Urrutia.
El sondeo preguntó a los ciudadanos su opinión sobre las medidas penitenciarias que puede aplicar el Gobierno central a los presos den la banda. El 72% se muestra de acuerdo con que el Ejecutivo facilite la reinserción de los presos "que renuncien a la violencia", mientras que casi el 20% no está de acuerdo con ello.
Casi cuatro de cada diez encuestados está de acuerdo con que no se haga "nada" en este campo hasta que ETA se haya disuelto, una posición que no comparte el 54%. Por otra parte, un 69% está de acuerdo a acercar a los reclusos a prisiones de Euskadi, medida que rechaza el 23%. En cuanto a la concesión de una amnistía a todos los presos de la organización terrorista, esta opción es apoyada por el 21%, mientras que la rechaza otro 66%.
El apartado sobre presos de ETA incluye varios epígrafes. En uno de ellos, se pregunta sobre qué piensan los ciudadanos que deberían hacer estos reclusos en el contexto actual.
La mitad responde que debieran reconocer el daño causado, mientras que un 34% considera que tendrían que pedir públicamente la disolución de la banda y un 32% que debieran renunciar o rechazar públicamente el terrorismo. Estos datos no suman cien debido a que se podían dar varias respuestas.
El 58% de los ciudadanos encuestados cree que la renuncia a la actividad terrorista y su denuncia son requisitos necesarios para que estos presos puedan acceder a beneficios penitenciarios. Otro 20% cree que esto no es necesario y el 11 % afirma que estos reclusos "no deben tener beneficios penitenciarios".
Este trabajo sondea asimismo la credibilidad del anuncio de cese del terrorismo, realizado por ETA el 20 de octubre de 2011. El 52% de los encuestados piensa que ETA ha renunciado "definitivamente a su actividad armada a día de hoy". Por el contrario, el 36% cree lo contrario, mientras que 12 de cada 100 no se manifiesta ni en un sentido ni en otro.
La mayor parte de los encuestados considera que la desaparición definitiva de la banda se producirá en un plazo de uno o dos años (27%) o en menos de cinco años (23%). El 19% prevé que este paso no se producirá antes de cinco años e incluso el 20% afirma incluso que ETA "nunca desaparecerá".
En cuanto a las sensaciones sobre el cese del terrorismo anunciado por ETA, el 57% asegura sentir optimismo, mientras que el 49% define su estado de ánimo como de "ilusión". Otras sensaciones descritas por los encuestados son confusión (20%), preocupación (18%) o percepción de "tiempo perdido" (11%).
Por otra parte, el 42% estima que los recelos políticos y las heridas sociales que ha dejado el terrorismo tardarán muchos años en desaparecer, y hasta el 34% cree que no desaparecerán. Además, el 52% de los encuestados señala que la libertad para hablar sobre política sigue igual que antes del anuncio de la banda, mientras que cuatro de cada diez sostiene que ha mejorado.
También se pregunta sobre el reconocimiento a las víctimas. Mientras que el 30% contesta que éste es un tema que ha mejorado, casi seis de cada diez cree que sigue igual. Porcentajes similares se registran cuando se pregunta por la evolución de la convivencia entre personas con ideologías diferentes o sobre las posibilidades de defender cualquier idea.
El 43% de los vascos se siente libre para hablar de política "con todo el mundo", mientras que el 36% sólo lo hace con ciertas personas y dos de cada 10 no se sienten libres "con casi nadie".