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"El 80% de las ofertas de trabajo piden idiomas"

Borja Uruñuela, presidente de la Asociación de Centros de Enseñanza de Idiomas (Aceia) defiende que todos podemos certificar un nivel de idiomas, pero dedicándole horas, trabajo y ganas. La vida misma

el 21 jul 2014 / 10:00 h.

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Imagen BorjaUñuela004aa Borja Uruñuela, presidente de Aceia / Foto: J.M. Paisano ¿Sigue habiendo esa necesidad urgente de certificar el nivel de un idioma? Esa necesidad está ahí, seguimos teniendo una alta demanda. Es verdad que en 2010 y 2011 es donde conseguimos unas tasas de inscripción más altas que coincidieron además con un mayor volumen de exámenes de Cambridge, con un aumento del 25 por ciento. ¿En qué orden de matriculación están tanto en cursos intensivos como extensivos? La matriculación para septiembre suele empezar en abril y, por lo que he hablado con las academias, estamos en las mismas cifras del curso pasado. Mantenernos es una buena noticia. En el caso de los cursos de verano, están completos. ¿Qué perfil de alumnos tienen? ¿Ha envejecido el estudiantado? Lo que ha cambiado, que a mí me parece fundamental, es el objetivo por el que viene a estudiar el alumno. Hace unos años venía para estudiar inglés sin más. No sabía muy bien a dónde quería llegar. La gente terminaba desmotivándose. A principios de los 90, el marco europeo de las lenguas determinó una serie de niveles en función de las competencias y eso dotó de sentido el estudio de idiomas. El plan Bolonia también ha impulsado mucho este marco de competencias. La gente es mucho más consciente de cuál es su nivel y a dónde quiere llegar. ¿Ha envejecido el estudiantado como consecuencia de la crisis? Quizás haya más adultos pero eso tiene que ver más con la globalización. Las nuevas tecnologías han hecho que todos nos comuniquemos con todos y el idioma que se ha impuesto no ha sido ni el chino ni el alemán, ha sido el inglés. El inglés se ha impuesto como lengua franca. ¿La crisis? Evidentemente, a nivel nacional, un 25 por ciento de personas desempleadas están buscando un trabajo para el que se les pide idiomas. Por otra parte, las empresas no venden en el mercado interno. Buscan mercado fuera y el idioma también es el inglés. Los idiomas son, pues, sí o sí. No es solo la crisis. Si no existiera el fenómeno de la globalización, no estaríamos hablando de esta demanda de idiomas. Además, y otra vez hay que decir que el Plan Bolonia ha jugado un papel fundamental, el tener certificado un idioma puede significar en la Universidad acceder o no a un proyecto de investigación en Europa. El inglés se ha impuesto a nivel tanto profesional como académico como social. ¿En estos tiempos no hablar un idioma y tenerlo certificado es causa de exclusión laboral? No socialmente, pero, según el sector profesional en el que te muevas, sí. Es una gran desventaja desde el punto de vista profesional. El 80 por ciento de las ofertas de trabajo exigen inglés. ¿Y qué inglés? Pues depende de la empresa y su ámbito de actuación. Si estamos hablando de una empresa exportadora, el nivel de inglés que pedirá será alto. Una empresa local de artesanía a lo mejor ni pide inglés o pide un B1. Lo que está claro es que a más cualificación profesional, mayor nivel de idiomas. ¿Y a más idiomas más salario? En la teoría sí; otra cosa es lo que se haga en la práctica. La crisis ha hecho que todo esté distorsionado. El lugar común al hablar de idiomas es que los españoles tienen una cualificación baja. Según su experiencia y conocimiento del sector, ¿cuanto más al sur también es peor esa cualificación? Sí, y lo dicen estudios como el informe PISA o los de la OCDE.Estamos por debajo de la media claramente y Andalucía, en el ámbito nacional, también está por debajo de la media. Hay razones que lo explican. Una de ellas puede ser la renta per cápita y el nivel cultural. Andalucía es una comunidad monolingüe. No es el caso de País Vasco y Cataluña. Es, además, la cuarta comunidad más poblada de España, por lo que gestionar a 1.300.000 estudiantes es más complejo que 300.000 estudiantes de Castilla y León.Hay otras razones que justifican un poco este posicionamiento:Andalucía no ha sido una comunidad inquieta a la hora de viajar;cuando lo ha hecho ha sido para emigrar. Y también está el tejido empresarial.Somos una tierra de latifundios y de pocas empresas multinacionales… No obstante, esas diferencias pensamos que se están acortando poco a poco. Ese ha sido el efecto positivo de la crisis: hemos tenido que espabilar en idiomas. Me gustaría pensar que en Andalucía hay una mayor inquietud por formarse. La crisis hace que la gente sea más consciente de la necesidad de formarse. Y eso es lo que ha cambiado en el perfil de nuestros estudiantes: tienen metas claras para lograr objetivos concretos. ¿Todos pueden llegar a manejar un idioma y certificarlo? A la gente con edades comprendidas entre los 35 y 45 años no se les pidió un certificado con su conocimiento de idiomas para lograr un trabajo... Mi respuesta es que sí se puede. La manera de aprender de un niño y un adulto es muy diferente. El primero lo hace de forma intuitiva. El adulto es más analítico. Posiblemente, un niño tarde más pero luego la calidad de su inglés es magnífica. Otra cosa son las expectativas de los padres. El bilingüismo es un proceso más largo de lo que creen. En dos años no van a ser bilingües. ¿Y esa obsesión de los padres no puede llegar a ser desmotivadora? La clave es la metodología. Una metodología lúdica es fundamental. Tener metas también motiva. Es una locura eso de ir a aprender inglés porque sí. ¿Qué quieres conseguir con tu inglés? Si los niños no tienen metas, me parece un error. También ellos tienen que tener en mente el marco europeo de certificación, y no como un agobio. Y después del inglés, ¿cuáles son los otros idiomas que despuntan? El alemán, pero por algo puntual (universitarios ingenieros que no ven salida aquí y se preparan para salir fuera). El chino no tiene el tirón que se esperaba. Esto tiene que ver con el hecho de que el chino se habla en China y el inglés te permite mayor movilidad. Ha sido un bluff entonces. Desde luego, para nada está amenazando al inglés, que está muy muy bien posicionado en todo el mundo. ¿Cuáles serían los consejos a tener en cuenta a la hora de elegir academia donde prepararse para certificar un nivel de idiomas? Antes hay que ver qué se necesita: ¿Cambridge, Trinity, Toefl…? Y después qué nivel. Una vez respondida estas dos cuestiones hay que analizar la trayectoria, quién la lleva, porque, por ejemplo, hay arquitectos que cerraron sus estudios y se han refugiado en el sector idiomas...;si tiene alguna asociación que avale esa oferta formativa, el número de candidatos que presenta a las certificaciones, el porcentaje de aprobados, si están o no conveniadas con asociaciones de consumidores, las instalaciones… ¿Cuántos años y qué porcentaje de aprobados es el adecuado? Lo normal es que tengan como mínimo 20 años de experiencia, aunque hay academias nuevas que tienen muy buenos resultados. En cuanto a los aprobados, vería la media nacional y que la escuela estuviera en torno a esa media. ¿Y entre Cambridge y Trinity? Depende del perfil que tenga el estudiante. Hay que ver la destreza de cada uno. Ahí el papel de la escuela es muy importante.

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