Si preguntan a cualquier empresa o autónomo constatarán que dos de las asfixias que más ahogan en esta crisis son, de un lado, la financiera ese cierre del grifo del crédito generalizado del que pocos se han librado en estos años y de otro, el retraso en los pagos por parte de los clientes, ese círculo vicioso que también se ha llevado por delante a numerosas empresas, y que en demasiadas ocasiones lidera la propia administración pública.
Aunque para intentar atajar esta lacra de la morosidad se traspuso el año pasado la directiva europea que obliga a las administraciones a pagar la factura en un plazo de 30 días y de 60 en el caso de las empresas, los datos arrojan que se avanza, pero no a la velocidad deseada. Así, en el caso de Andalucía y durante el primer trimestre de este año el 41,1 por ciento de las empresas realizaron sus pagos con puntualidad, mientras que el 44,62 por ciento cumplió con sus facturas aunque con hasta 30 días de retraso. De esta manera, el 85,71 por ciento cumple a tiempo o con una demora inferior al mes, tasa que en España se eleva hasta el 89,63 por ciento de los casos.
Además, algo más de tres de cada cien tardaron en ponerse al día entre 31 y 60 días, el 2 por ciento cumplimentó sus recibos con una tardanza extra de entre 61 y 90 días, mientras que un 2,35 por ciento abonó sus deudas entre 91 y 120 días más tarde de lo que debía, y la cifra más preocupante: casi siete de cada cien clientes demoraron sus pagos por encima de los cuatro meses en Andalucía. Son datos que ofrece Informa D&B sobre el comportamiento de pagos de las empresas españolas en el primer trimestre de 2014.
En el conjunto de España, el plazo de pago medio se ha situado en 91,16 días, lo que implica un descenso de 3,83 días respecto al último trimestre y de 5,33 en el último año. El tiempo promedio de pago de la administración se mantiene por segundo trimestre consecutivo por debajo de los cien días y se coloca en 95,91 días (2,67 días menos respecto al trimestre anterior). Dentro del sector público, el retraso ha disminuido en 4,50 días durante el último trimestre y los plazos pactados han aumentado 1,83 días. Si hablamos del sector privado, cumplió con 91,13 días de demora, lo que representa un descenso de 3,92 días.
El estudio abunda en que el retraso medio a la hora de pagar se sitúa por primera vez por debajo de los 17 días, 1,35 días menos que el trimestre pasado. En el sector privado, la demora se coloca en 16,30 días, con un descenso de 3,92 días respecto al último trimestre de 2013, y en la administración alcanza los 28,02 días, 4,5 días menos.
La brecha norte-sur se sigue apreciando también en la forma de pagar, de manera que Andalucía, con sus 21,77 días de media de retraso para cumplir con las facturas en los términos acordados, se coloca en segunda posición en el ranking nacional, superada por Canarias, donde la demora alcanza los 23,90 días. El País Vasco y Navarra, ambas con 10,35 días de margen, se revelan como las más cumplidoras.
En el periodo enero-marzo, todas las comunidades han mejorado su retraso medio de pago, especialmente aquellas que tradicionalmente presentan plazos más largos, de modo que Andalucía reduce 3,12 días, Canarias 3,12 y Murcia 2,59. En lo que respecta a la evolución interanual con el primer trimestre de 2013, la mejoría es «generalizada» en todas las comunidades, con los mayores descensos en Canarias (-5,80 días), Andalucía (-5,32) y Castilla-La Mancha (-3,89).
Las facturas analizadas de 400.000 empresas suman 14.049,8 millones, de los que el 29,55 por ciento corresponden a pagos puntuales y el 66,51 hasta 30 días de demora. Los abonos con más de 120 días representan el 1,18 por ciento, señala el informe, que también estima el coste que tiene esta morosidad en el tejido empresarial y que cifra en 3.103 millones de euros.
Las pequeñas, las más cumpildoras, y la administración, la peor
La administración es, por sectores, la que acumula un retraso medio de pagos mayor en el primer trimestre del año, con 28,05 días, seguido de la hostelería (24,69) y la construcción (23,44). No obstante, el sector público también es el segundo que más ha recortado el plazo en el último año, en 9,86 días, por detrás de las actividades inmobiliarias, que lo han reducido en 14,02 días. En cualquier caso, por primera vez, ningún sector registra una demora media superior a los 30 días.
De acuerdo con el estudio de Informa D&B, consultora filial de Cesce y que también se detiene en el tamaño de las empresas y su grado de cumplimiento, la mitad de las microempresas y el 40 por ciento de las pequeñas empresas cumplen con los plazos de pago pactados, frente al 25 por ciento de las medianas y el 13 por ciento de las grandes empresas. Sin embargo, la mayor parte de las medianas y grandes paga con un retraso de hasta 30 días el 66 y 78 por ciento, respectivamente, frente al 39 y el 50 por ciento de las micro y las pequeñas empresas. Una vez superados los 60 días de retraso, las empresas pequeñas tienen más dificultades.
La media de retraso en los plazos acordados mejora para todos los tipos de empresas durante el último trimestre, especialmente entre las grandes y medianas, que bajan 1,17 y 1,02 días respectivamente, en tanto que esta disminución es de 0,94 y 0,93 días para las empresas pequeñas y de tamaño micro. Así, las que más dilatan sus pagos son las microempresas, 17,76 días, aunque son las que más los recortan (lo hacen en 2,78 días desde el primer trimestre de 2013). Las pequeñas empresas son las que pagan con menor retraso, 15,43 días, mientras que las medianas pagan con una demora media de 16,10 días, y las grandes lo hacen con mayor diferencia, de 17,01 días. Durante el último año, la mejora ha sido protagonizada por las micro y pequeñas, con disminuciones de 2,78 y 2,39 días respectivamente, mientras que las grandes y medianas bajaban más modestamente, 1,23 y 1,68 días.
