Economía

El A400M recupera tiempo perdido

El programa del avión militar avanza a mejor ritmo de lo previsto, lo que podría adelantar la fecha del primer vuelo

el 08 oct 2009 / 21:27 h.

Tras las comprobaciones de los sistemas del avión, éste pasará a primeros de noviembre a los ensayos de vuelo.

Si algo bueno tienen los retrasos que acumula el programa del A400M, es la motivación de los trabajadores para tratar de recortar la demora, conscientes de que todas las miradas están puestas en cuándo se hará el primer vuelo del avión que se ensambla en San Pablo. El trabajo a tres turnos durante siete días a la semana está dando sus frutos.

Como consecuencia de ello, el primer despegue podría realizarse antes de lo inicialmente estimado, visto los avances que se han conseguido en los últimos dos meses en la factoría de montaje sevillana, que han servido "para ir un poco mejor de lo previsto" respecto a la "conservadora" planificación en el calendario del programa, destacó ayer el presidente de Airbus Military, Domingo Ureña, en un encuentro con periodistas en las instalaciones de Getafe.

Aunque -asegura su máximo responsable- aún no hay señalada una fecha concreta para hacer realidad este hito industrial, lo cierto es que "cada vez está más cerca". De hecho, el primer A400M está sometido ya a la comprobación de todos los sistemas que le han sido incorporados, como paso previo a la fase de ensayos a manos de los ingenieros de las pruebas en vuelo.

Así, según avanzó Ureña -que supervisa quincenalmente los progresos que se realizan en Sevilla-, será a principios de noviembre cuando el aparato inicie estas pruebas, antesala del primer despegue, que tendrá lugar cuando lo estime Fernando Alonso, responsable de estos ensayos.

"Conoceremos la fecha cuatro o cinco días antes de que se produzca", si bien, como insinuó el presidente de Airbus Military, no apurará el umbral marcado de finales de año, gracias, en buena medida, al esfuerzo de los trabajadores de San Pablo. No en vano, medio millar de personas trabaja a tres turnos los siete días de la semana.

En paralelo, continúan las negociaciones de la compañía aeronáutica con las siete naciones socias del programa, con las que debate los cambios en los requerimientos técnicos, las condiciones económicas del contrato, así como eventuales indemnizaciones y soluciones alternativas mientras llegan los aviones comprometidos.

El Reino Unido y Francia son los que más urgencia han planteado en este sentido, para lo que se barajan opciones como poner a su disposición aviones CN235 (que también se montan en Sevilla) o adaptar Airbus A330 en su versión de cargueros, actuaciones que "son complementarias".

En estos contactos, que se producen prácticamente cada semana, indicó Ureña, la compañía informa puntualmente "de cómo vamos y de los avances" que se producen.

Pero puntualizó que la compañía "no está dispuesta a sacrificar un buen fin del programa" -en referencia a premuras en el primer vuelo- para hacer coincidir éste con el encuentro de Ministros de Defensa en el que se pretende cerrar un acuerdo sobre el contrato, comprometido para antes de que concluya el año.

COMPROMISO. Cuestionado sobre posibles anulaciones de pedidos, después de que el Reino Unido advirtiera hace unos meses sobre esta posibilidad al incumplirse los plazos previstos de entregas, Ureña incidió en que "no hay garantías" de que no vayan a producirse, si bien subrayó que "ningún país ha manifestado su intención de cancelar" compras, aunque sí se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de aplazar algunas entregas.

Así, consideró que el nuevo plan que negocian "va a corresponder a una planificación de entregas mucho más razonable", por lo que algunos aviones podrían entregarse más allá del año 2020.

Sí destacó, por el contrario, el "apoyo incondicional" que ha recibido el programa del A400M por parte del Gobierno español, con el que la compañía considera ya superadas las desavenencias surgidas a raíz de la integración de la antigua EADS-CASA en el seno de Airbus, para convertirse en una filial, Airbus Military.

Queda demostrado, a juicio de Ureña, que "ni era tan extremista ni por un lado ni por el otro", al aludir a las suspicacias generadas ante una posible pérdida de toma de decisiones de España en favor de franceses y alemanes, sino que "sólo perseguía optimizar sinergias". Ahora lo que toca, asegura, es mirar hacia delante.

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