La cuenta atrás ha comenzado. En la planta de montaje del avión de transporte militar A400M, junto al aeropuerto de San Pablo, ya han arrancado los ensayos previos al primer vuelo, previsto para este verano. Antes de ese momento, y sin despegar ni una sola vez, acumulará una experiencia de 4.000 horas de vuelo, pero de simulador.
Cinco serán los aparatos que EADS-CASA utilizará -en el sentido más amplio del verbo- para certificar el nuevo avión de transporte militar A400M. Tres contarán con base en Toulouse (Francia) y los dos restantes tendrán su casa en Sevilla.
Precisamente, el primero de ellos ya ha asomado el morro (aún incompleto) a las pistas anexas al aeródromo hispalense. Lo hizo el pasado mes de enero para comenzar una rigurosa fase de ensayos en el centro de pruebas, un hangar junto al que se desarrollan las labores de ensamblaje de las piezas de la aeronave. Tan estricta, que los ensayos que concluirán en la certificación del avión no terminarán cuando éste esté listo. Por contra, se extenderán hasta, al menos, el mes de junio de 2010.
La empresa responsable de este avión, Airbus Military, informó ayer de los nuevos avances del programa. La aeronave está siendo sometida desde primeros de este año a una serie de pruebas estructurales y de carga, todas en tierra, sin que el avión despegue. En las mismas, se somete al aparato a distintos parámetros -similares a los de un vuelo real- para comprobar su respuesta.
Mientras se avanza en comprobar que todo marcha como debe, a lo largo de este año irán llegando hasta Sevilla los grandes conjuntos que forman el puzzle que se convertirá en el segundo avión en montarse en Sevilla: alas, estabilizador horizontal y vertical y el fuselaje, procedentes de Europa, Turquía, Malasia y Suráfrica.
Más importante, si cabe, son los motores, que llegaron a la capital a finales de febrero, para ser instalados en el aparato. Desde Reino Unido, y en otros puntos de Europa, el consorcio EPI, responsable de la parte más delicada del avión, lo somete a distintas pruebas tras las dificultades detectadas en los últimos meses. Hasta marzo, señala Airbus Military, acumulan más de un millar de horas de ensayos.
Sin embargo, los motores volarán antes que el avión. ¿Que cómo es posible? Porque durante esta primavera las turbohélices se probarán integradas en un Hércules C-130 adaptado.
Pero este complejo entramado que supone la construcción de un avión no acaba aquí. El primer vuelo del A400M está previsto para este próximo verano, pero antes de que llegue ese momento, uno de los grandes hitos del programa, un simulador conectado a la estructura de un avión -a escala real de lo que será un A400M de verdad- y con los sistemas eléctricos conectados, sumará hasta 4.000 horas de vuelo sin que el aparato despegue de las pistas de San Pablo. Habrá que esperar aún para ver ese momento.