El abandono escolar retrocede 10 puntos desde el pinchazo inmobiliario

La pérdida de alumnos tras la ESO pasa del 38,5% en 2008 al 28,8% actual. La falta de empleo y la oferta educativa para parados explican la mejoría.

el 09 abr 2013 / 00:00 h.

La consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Mar Moreno La consejera de Educación de la Junta de Andalucía, Mar Moreno El abandono escolar temprano define el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que han completado la enseñanza secundaria obligatoria, pero no han continuado sus estudios posteriores. En la transición del boom al pinchazo inmobiliario en Andalucía (entre 2008 y 2010 más o menos) la tasa de abandono educativo se volvió polisémica. Al principio, incluso algunos miembros de la Junta atribuyeron la sangría de estudiantes de las aulas al hecho de que el mercado laboral no dejaba de demandar jóvenes. Entonces, ¿era una buena señal? Luego todo se volvió negro y la UE alertó de que el abandono escolar temprano podía desencadenar una masa de jóvenes infracualificados, una sociedad improductiva y un porcentaje de paro juvenil desbocada (hoy supera el 50%). Este indicador es uno, si no el principal, objetivo europeo en educación. La Junta volcó toda una batería de medidas para retener a los alumnos en la escuela, creó las becas salario o becas 6.000, facilitó la enseñanza a distancia, la educación on line, creó puentes entre la FP, el Bachillerato y la Universidad, estrenó los certificados de cualificación profesional para convalidar la experiencia laboral por un pequeño título académico, y luego aprobó las becas segunda oportunidad para reenganchar a los jóvenes parados que dejaron la escuela para trabajar en la construcción. Todas esas políticas, más el hecho incuestionable de que el mercado laboral estaba cerrado a cal y canto, hicieron que los jóvenes parados sin estudios empezaran a regresar a las aulas a cuenta gotas. De 2008 a 2012 el abandono escolar temprano ha caído casi diez puntos, pasando del 38,5% al 28,8%. Es la tasa más baja de los últimos 12 años, y la primera vez que se sitúa por debajo del umbral psicológico del 30% (en 2004 tocó techo con un 39,2%). El porcentaje andaluz sigue estando cuatro puntos por encima de la media nacional (24,9%). La consejera Mar Moreno presentó ayer estos datos desgajados de un informe del Ministerio de Educación y explicó que la crisis y la consecuente bajada de la oferta en el mercado laboral no es la única explicación del fenómeno, ya que en otras regiones donde el boom inmobiliario no tuvo tanta repercusión como en Andalucía, también se ha notado esta circunstancia, informa Europa Press. Las cifras no son para estar plenamente “satisfechos”, dijo Moreno, pero evidencian “una imagen dinámica y positiva de un sistema que avanza y evoluciona”. No es la típica foto fija que revelan los informes PISA o las evaluaciones anuales de diagnóstico. Moreno también destacó ayer que la tasa de fracaso escolar (alumnos que no terminan la ESO) es del 27%, más próxima a la media nacional (25,9%), habiendo recortado siete puntos de distancia entre 2005 y 2010. Andalucía tiene una extensión de 87.597 kilómetros cuadrados, 8,4 millones de habitantes; 1,5 millones de estudiantes de régimen general y 251.286 universitarios. A partir de aquí, cualquier comparación con el sistema escolar de otra región de España no deja de ser una entelequia. El número de alumnos andaluces supera la población real de siete comunidades autónomas. Andalucía es la segunda región más joven del país, por detrás de Murcia (el 35,7% tiene menos de 29 años) y también la segunda comunidad más pobre, por detrás de Extremadura (la media del PIB per cápita es de 17.587 euros). Es el territorio con mayor tasa de paro (35%) y la segunda región con más adultos sin haber completado estudios postobligatorios (45,3%). Mover esta enorme piedra hacia adelante es mucho más complejo que un ranking del rendimiento académico entre comunidades.

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