El presidente del Betis, Miguel Guillén, adelantó ayer que el actual consejo de administración se mantendrá tal cual después de la junta de accionistas convocada para el lunes 10 de diciembre. "No habrá ningún cambio", aseguró el dirigente verdiblanco, que zanjó de este modo un asunto que suele propiciar rumores y habladurías casi cada año. Especialmente en el Betis, un club sometido a una administración judicial y con un órgano de gobierno de transición, como afirman sus propios componentes cada vez que se les pregunta por la vigencia de su estancia en el cargo.
Así pues, si no hay sorpresas de última hora, el Betis seguirá teniendo un consejo formado por ocho miembros, a saber: el propio Guillén; el vicepresidente, Pablo Gómez Falcón; y los consejeros José Antonio Bosch, Fernando Criado, Isabel Simó, León Lasa (responsable de la cantera), Fernando Casas y Antonio José Sánchez Pino (representante de la entidad tanto en la Federación Española de Fútbol como en la Liga de Fútbol Profesional). Este consejo cumplirá un año el próximo 22 de diciembre, ya que fue entonces, pero en 2011, cuando sufrió su última modificación, el fichaje de Casas.
El anuncio del presidente también supone, de paso, un corte seco para las aspiraciones de varios grupos afines al club y que desde hace tiempo sueñan con entrar en el consejo de administración. Ni que decir tiene que esa pretensión proviene de varias de las asociaciones que provocaron la caída (provisional) de Manuel Ruiz de Lopera con la puesta en marcha del proceso judicial que aún hoy en día continúa en su fase de instrucción en el juzgado número 6 de Sevilla.
La dilatación de la causa que dirige Mercedes Alaya también hace que el actual consejo ni siquiera sepa hasta cuándo continuará al frente de la gestión del club de La Palmera.
