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El acusado de abusos en Cruz Blanca acepta 5 años de cárcel

El empleado del centro religioso cordobés admite el abuso a un discapacitado interno

el 03 jun 2010 / 21:37 h.

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El empleado del centro religioso acusado, saliendo de los juzgados.
La vista en el caso de los abusos sexuales cometidos en un centro religioso para adultos discapacitados de Córdoba tenía que haberse celebrado ayer en el juzgado de lo Penal 3, pero el juicio no llegó a celebrarse, porque hubo acuerdo de las partes. El acusado Ángel C.U.P., antiguo empleado en la Casa de San Francisco de Asís, vinculada a la orden parroquial de la Cruz Blanca, aceptó una condena de cinco años de cárcel, después de admitir los tres delitos de abusos sexuales contra uno de los internos discapacitados, que cuenta con una minusvalía del 86% por retraso mental grave.

 

La pena de prisión se acordó por parte del ministerio fiscal, la acusación particular y la defensa del procesado, después de que éste admitiera los hechos de los que se le acusaba, por lo que finalmente el juez lo consideró autor responsable y lo condenó a un año y ocho meses de cárcel por cada uno de los tres delitos de abuso sexual. La acusación particular pedía nueve años de cárcel, y la fiscalía pedía seis.

El acuerdo con el abogado defensor ha rebajado la pena a cinco años, por petición expresa del acusado, que quiso evitar el juicio a toda costa para no verse forzado a reproducir las pruebas durante el proceso (un requisito obligatorio en delitos de abuso sexual). La sentencia fue declarada firme, y se dio el caso por cerrado en esta instancia judicial. Tampoco se pidió responsabilidad subsidiaria a los Hermanos de la Cruz Blanca, porque estos ya habían satisfecho con 5.000 euros de multa su supuesta corresponsabilidad por los abusos que se cometieron en su institución.

Los hechos ocurrieron los días 11 y 24 de agosto de 2009. El acusado, actuando como trabajador colaborador y aspirante a postulante eclesiástico de la Congregación de los Hermanos de la Cruz Blanca en la Casa de San Francisco de Asís, abusó sexualmente al menos en tres ocasiones de un interno. Los abusos tuvieron lugar en las duchas, junto al dormitorio de la víctima. Hubo otra ocasión, en una fecha no determinada, pero también en el mismo mes. Esa vez, según el fiscal, obligó al interno a hacerle una felación en los servicios junto al salón.

El procesado, de nacionalidad colombiana, reconoció lo ocurrido desde el primer momento cuando fue detenido en Granada el 22 de octubre de 2009. En declaraciones a los periodistas, el letrado de la acusación particular, Carlos Arias, explicó que, aunque al principio no aceptaban la sentencia, el acuerdo se ha aceptado, teniendo en cuenta, sobre todo, los intereses de la víctima "para que no tuviera que pasar por un procedimiento de este tipo, dado que al tratarse de un delito de abuso sexual las pruebas anticipadas no sirven y hay que volver a practicarlas en el acto de juicio".

El fiscal pedía en un principio un total de seis años de cárcel, dos por cada delito, mientras que la acusación pedía un total de nueve, lo máximo posible según la ley para este tipo de delitos. Aun aceptando el acuerdo, el abogado de la acusación particular consideró que los cinco años no eran suficientes, mientras que la defensa sostuvo que su cliente tendrá que cumplirlos íntegramente. En cuanto a la familia de la víctima, precisó que nunca estará satisfecha con esta condena porque "una madre siempre quiere que se ponga la mayor pena posible, aunque está más o menos conforme porque era lo mejor que se podía hacer" para el interno, que actualmente continúa en el mismo centro y se encuentra "muy bien", precisó el letrado.Sobre él, señaló que siempre "va a ser un niño de cuatro años". "Nunca se ha enterado de lo ocurrido y prácticamente ni sabe de lo que estamos hablando", insistió el abogado, sin embargo, también dijo que la familia ha preferido que no se celebrara el juicio para eludir en lo posible "el calvario" que están atravesando. Este caso de abusos en el centro de Cruz Blanca se lleva aparte del iniciado contra el hermano Manolo, director de la institución, también imputado por un delito de abusos sexuales y otro de maltrato habitual, junto con otro religioso, F.G., y un ex trabajador, S.R.D., a los que se les acusa también de haber abusado sexualmente de sus internos.

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