Francisco Javier S.C., el hombre acusado de matar de 21 puñaladas a su expareja sentimental en Lora del Río (Sevilla) cuando ésta se disponía a coger el tren de cercanías junto con sus amigas para trasladarse hasta la capital hispalense, ha reconocido que la apuñaló "cegado" por los celos, aunque ha dicho que "la quería mucho" y que "su intención no era matarla". Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, durante la primera sesión del juicio con jurado popular celebrada este lunes en la Audiencia Provincial de Sevilla, el imputado ha relatado que, tras comenzar la relación en 2002, la víctima decidió romper con él en julio de 2011, una ruptura que el acusado "no aceptaba" y a consecuencia de la cual se sentía "angustiado y muy triste". En este sentido, ha indicado que el día 17 de septiembre de 2011 se encontraba paseando a su perra cuando, en un momento dado, pasó por su lado un vehículo en el que viajaba su expareja junto a varias amigas, tras lo que observó cómo lo aparcaban en las proximidades, por lo que decidió volver a su casa y coger una de las navajas que coleccionaba con el objetivo de "pincharle las ruedas", lo que ya había hecho una vez con anterioridad. El imputado ha dicho que, cuando llegó a las proximidades del coche de su exnovia, vio a varias personas cerca, por lo que decidió no pincharle las ruedas, pero en el camino de vuelta se cruzó con la víctima, que "iba con una minifalda", por lo que "pensó que se iba con otro hombre" y se "cegó", sacando la navaja y clavándosela. "JAMAS QUISO MATARLA". El acusado ha dicho que, a partir de ese momento, no se acuerda "de nada", ni siquiera de cuántas puñaladas le propinó ni en qué zonas del cuerpo lo hizo, ya que "estaba cegado". "Cuando vi la sangre y que se caída de rodillas, sentí miedo y me fui de allí", ha agregado, precisando que cogió el coche y se fue inicialmente a su casa, donde se lavó las manos y limpió la navaja. El procesado, que ha querido dejar claro que "jamás quiso matarla" y que se ha mostrado arrepentido, ha indicado que se trasladó hasta la vivienda de su hermano, al que le dijo que había "pinchado" a su exnovia "pero que no se acordaba de nada", tras lo que llamó a la Guardia Civil y le confesó los mismos hechos que a su hermano, entregándose posteriormente en el cuartel. Durante su relato, ha señalado que desde que rompieron la relación y hasta que tuvo lugar el crimen la víctima se presentó en su casa varias veces "para pedirme que vendiera la casa o le diera 24.000 euros para que ella se pudiera comprar un piso, pero le dije que no y se puso a pegar voces y a darme guantazos".