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El acusado de descuartizar a una mujer: "Ella se cortó el cuello"

Admite una discusión, pero asegura que él sólo se deshizo del cadáver

el 09 sep 2010 / 18:54 h.

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Antonio Gordillo, el presunto homicida, intenta ocultar su rostro durante su traslado a las dependencias del juzgado.
Antonio Gordillo Sala, el vecino del Tiro de Línea de 30 años acusado de matar y descuartizar a una mujer norteamericana y arrojar sus restos al río, ingresó ayer en prisión sin fianza después de negar ante el juez que diera muerte a la víctima y declarar que fue ella misma la que se cortó el cuello con un cuchillo tras tomarse unas pastillas y cuando el hombre se negó a mantener relaciones sexuales.

Esposado y fuertemente custodiado, el presunto homicida compareció ayer durante apenas media hora ante el juez de instrucción 18 de Sevilla, tras cuya declaración fue enviado a prisión incondicional sin fianza imputado por un delito de homicidio.

Según su relato, los hechos ocurrieron el pasado 30 de agosto cuando de regreso a su domicilio en la plaza Alcalde Horacio Hermoso, del Tiro de Línea, después de tomar unas copas, se encontró con la estadounidense Laura Cerna Baird, de 49 años, a la que había visto un par de veces por su barrio pero que nunca había hablado con ella. Fue ella la que le preguntó si le invitaba a subir a su casa a tomar una copa, donde ambos consumieron unas rayas de cocaína, además de ron y vino.

La mujer sacó además unas pastillas, que ella misma se tomó pero no el imputado, y entonces le propuso mantener relaciones sexuales, a lo que él se negó.

Ante la negativa recibida, Laura fue a la cocina y tomó un cuchillo, momento en el que el acusado la empujó y la mujer se golpeó contra el quicio de la puerta y cayó al suelo, tras lo cual empezó a golpearse el pecho con el cuchillo "con cara de loca" y en un cierto momento se cortó ella misma el cuello, según la declaración del imputado.

Al comprobar que la mujer no tenía pulso, preso de un estado de "nerviosismo", decidió entonces deshacerse del cuerpo.
Su primera intención fue meter el cuerpo de la norteamericana en una maleta y arrojarlo al Guadalquivir. Al comprobar, sin embargo, que el cadáver no cabía en la maleta, decidió emplear el mismo cuchillo que utilizó la víctima para seccionarle la cabeza y un brazo, miembros que metió en una bolsa de plástico.

Al mediodía siguiente, después de limpiar los rastos de sangre en su domicilio, Antonio se deshizo de los dos bultos lanzándolos al río Guadalquivir en una zona de matorrales cercana al puente de las Delicias.

Además de la maleta y la bolsa con los restos de la víctima, el acusado tiró al río otra bolsa con la fregona y otros utensilios de limpieza que usó para limpiar su piso. Explicó que transportó la maleta en el coche que pidió prestado a una amiga y que tuvo que meterse en el río y recuperar la bolsa con los restos humanos porque se quedó flotando, de modo que la abrió y le puso unas piedras.

El acusado, que trabaja como camarero en una cervecería de la calle Greco, declaró ante el juez que el cuchillo utilizado presuntamente por la mujer para autolesionarse fue el mismo con el que posteriormente le seccionó la cabeza y un brazo, utensilio del que se deshizo posteriormente lanzándolo a un contenedor.

Fuentes del caso informaron que la Policía trató de hallar el cuchillo en el contenedor que indicó el acusado, pero lo hizo una semana después de que ocurrieran los hechos, por lo que no encontró rastros del arma.

Ataviado con un polo de color amarillo y unos pantalones piratas de color oscuro, Antonio Gordillo Sala fue increpado a su salida de los juzgados.

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