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El acusado de las muertes de Posada no irá a prisión

El vecino de Posadas (Córdoba) que en noviembre de 2006 causó la muerte de dos vecinas suyas, de cinco y nueve años, al usar un producto tóxico para matar cucarachas, no irá a la cárcel. Un juez lo ha condenado a pagar una multa de 3.600 euros y a indemnizar a la familia con 303.020 euros.

el 15 sep 2009 / 03:34 h.

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El vecino de Posadas (Córdoba) que en noviembre de 2006 causó la muerte de dos vecinas suyas, de cinco y nueve años, al usar un producto tóxico para matar cucarachas, no irá a la cárcel. Un juez lo ha condenado a pagar una multa de 3.600 euros y a indemnizar a la familia con 303.020 euros.

El titular del juzgado de lo Penal número 2 de Córdoba ha decidido imponer esta pena a B.G.C. al considerarlo responsable de dos faltas de imprudencia leve con resultado de muerte y otras dos con resultado de lesiones, con lo que ha rechazado la pretensión del fiscal de que fuese condenado a cuatro años de prisión por dos delitos de homicidio imprudente.

En la sentencia, el juez considera probado que el gas del producto Deitia Pallets que el procesado utilizó en su vivienda penetró en la casa en la que habitaban las dos niñas a través del desagüe de la cocina campera y fue inhalado por los cuatro miembros de la familia, según informa Efe.

El juez señala que el acusado era propietario de una empresa dedicada a la venta de productos fitosanitarios y que los había utilizado desde hace 40 años, por lo que conocía "las condiciones concretas de utilización, las precauciones a adoptar y su grave toxicidad". También sabía que para la aplicación de este producto en locales cerrados, normalmente almacenes, debe cerrarse cualquier resquicio que impida la salida de gases e indicar el peligro de entrada o contacto con el gas en la inmediaciones.

El juez cree probado que el acusado, con la intención de acabar con una plaga de cucarachas en una parte de su vivienda, usó al menos quince pastillas de Deitia Pallets que colocó en el salón sin que conste que "llegara a precintar de forma absoluta todas las salidas del recinto" y, en concreto el fregadero de la cocina, que se encontraba atascado.

Este fregadero vertía sobre una arqueta común que conectaba la vivienda del acusado con la de la familia que resultó afectada por inhalación del gas.

Aunque el procesado sabía que no estaba autorizado para utilizar este producto tóxico en su domicilio, tenía almacenados hasta 18 botes de la sustencia en una de sus fincas.

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