El hombre acusado de la muerte de su vecino, de 71 años, negó haber golpeado al anciano en una discusión por las lindes de sus tierras, lo que le causó la muerte cinco meses después debido a un hematoma cerebral. El acusado, de 49 años, se enfrenta a tres lustros de cárcel por asesinato.
El juicio contra J. V. N. comenzó el lunes con un jurado compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres. El acusado aseguró que no golpeó a su vecino y que en ese momento ni siquiera estaba allí.
Al parecer, el homicidio ocurrió el 9 de junio de 2003, cuando el fallecido J. Q. L. se quejó a su vecino de las molestias que la causaban una cañas. El acusado, presuntamente, le propinó puñetazos y patadas en la cara, cabeza y costado, que mantuvieron al anciano 14 días hospitalizado. Sin embargo, tuvo que ser reingresado el 20 de septiembre por un hematoma del que tuvo que ser intervenido por trepanación. Luego necesitó una segunda intervención debido a un sangrado, que le produjo la muerte el 24 de octubre de 2003.
La defensa alegó que el fallecido tenía 71 años y era obeso, por lo que tenía factores de riesgo para sufrir una trombosis por causas naturales. Asimismo, el procesado argumentó que el día del homicidio estuvo recogiendo patatas como peón en una finca y posteriormente, entre las 20.00 y las 23.30, estuvo en una venta, situada a unos dos kilómetros, con dos testigos que -según reconoció a preguntas del fiscal- son esposo de una prima suya y primo de su mujer.
La Fiscalía imputa al procesado un delito de homicidio y reclama para él 10 años de cárcel, junto al pago de una indemnización de 120.000 euros a la esposa del fallecido, 24.000 euros a cada uno de sus hijos y el pago al Servicio Andaluz de Salud (SAS) de los 3.709 euros que costó la atención sanitaria. La acusación particular pide 15 años al calificar los hechos como un delito de asesinato. Por su parte, la defensa solicita la absolución de su cliente.
