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El adiós a un joven ejemplo del deber

Lágrimas en los rostros y cánticos de despedida. El féretro con los restos del agente Fernando Trapero, último asesinado por ETA, se fueron de la Escuela de Guardias Jóvenes de Valdemoro con el himno de Adiós polilla, dedicado a los jóvenes guardias civiles. Y Trapero lo era, con apenas 23 años.

el 14 sep 2009 / 21:12 h.

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Lágrimas en los rostros y cánticos de despedida. El féretro con los restos del agente Fernando Trapero, último asesinado por ETA, se fueron de la Escuela de Guardias Jóvenes de Valdemoro con el himno de Adiós polilla, dedicado a los jóvenes guardias civiles. Y Trapero lo era, con apenas 23 años.

El guardia civil falleció "sin estrenar casi sus 23 años, bebido ya hasta el sorbo del deber". Las palabras del vicario castrense, Ángel Cordero, resonaron en la mente de todos los asistentes al funeral de Estado del agente en la escuela en la que aprendió su profesión. Tras asegurar que el agente fallecido se reunió de nuevo con su compañero, Raúl Centeno, también asesinado por ETA en el suroeste de Francia, para volver a integrar la pareja que conformaban en acto de servicio en vida. Además, instó a los etarras a que "salgan de su ceguera" y dejen el camino de la violencia para conseguir que la paz pueda "unir a todos".

Los Reyes y los Príncipes de Asturias presidieron el funeral de Estado de Trapero, que murió el miércoles a consecuencia de los disparos recibidos en el atentado de ETA en la localidad gala de Capbreton el 1 de diciembre. La ceremonia estuvo marcada por la solemnidad y la emotividad reflejada en el momento de la entrega de la bandera de España que cubría el ataúd y el tricornio del agente fallecido a sus padres y la interpretación por parte de todos los guardias civiles de la canción Adiós polilla, un himno del Instituto Armado en homenaje a sus alumnos cuando finalizan su periodo de formación.

En el funeral, el Rey Juan Carlos colocó sobre el féretro del agente fallecido la Cruz de Oro al Mérito de la Guardia Civil y la Medalla de oro al Mérito Policial, distinciones a título póstumo que también fueron otorgadas días atrás a su compañero Raúl Centeno. Posteriormente, los restos mortales de Fernando Trapero partieron hacia la localidad abulense de El Tiemblo, de la que es natural su familia y donde serán inhumados.

Manos de unidad. Durante el funeral de Estado, se escenificó un nuevo mensaje de unidad para la ciudadanía: el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, estrechó su mano con la del presidente del PP, Mariano Rajoy, asistentes al acto, en el rito de paz.

Zapatero y Rajoy no fueron los únicos que acompañaron a la familia de Trapero en estos dolorosos momentos. También acudieron los presidentes del Congreso y del Senado, Manuel Marín y Javier Rojo, y del Tribunal Supremo y del Constitucional, Francisco José Hernando y María Emilia Casas.

El director general de la Policía y la Guardia Civil, Joan Mesquida, junto al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, fue el encargado de recibir y despedir a los asistentes, entre los que estuvieron representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, incluida la Ertzaintza y los Mossos d'Esquadra, así como de la Policía francesa.

Al término del funeral y después de despedir a los Reyes, Zapatero aprovechó unos minutos para intercambiar impresiones con las autoridades policiales galas a las que agradeció su colaboración en la detención de los autores del último atentado de ETA. Además, se pudo enterar de los últimos avances policiales y judiciales.

En esta línea, una de las informaciones más recientes fue que la Fiscalía de París consideró ya a los dos etarras detenidos en Francia sospechosos del asesinato de los dos guardias civiles, gracias a los resultados de algunas pruebas efectuadas en los últimos días. El Ministerio público informó de esta nueva condición, que ha afectado a Asier Bengoa y Saioa Sánchez, que hasta ahora eran únicamente sospechosos formalmente del intento de robo de un vehículo.

La Fiscalía se basa sobre todo en el análisis de decenas de casquillos encontrados en ese coche para vincular a los dos etarras con el crimen de Capbreton (Francia), porque sus características son las mismas que las de los casquillos hallados en el coche donde fueron asesinados los agentes españoles. Paralelamente, una muestra de ADN de Bengoa coincide con la detectada en el cepillo de dientes hallado en el primer vehículo en el que se fugaron los tres etarras.

Por su parte, el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, albergó la posibilidad de que los dos etarras detenidos puedan ser juzgados y cumplir sus condenas en España, a pesar de que los asesinatos fueron en Francia. "La ley permite el enjuiciamiento en España", dijo Bermejo que, en todo caso, precisó que tanto los dos etarras como el tercero que participó en el atentado "acabarán pagando con todo el peso de la ley".

En cuanto a la ilegalización de ANV, Bermejo recordó que el Tribunal Constitucional ha dicho que el hecho de no condenar un atentado "no es por sí solo" prueba para ilegalizar un partido, aunque recordó que las autoridades "están haciendo un seguimiento" para estudiar otros elementos que permitan probar que está "al servicio como brazos políticos de apoyo" de la banda terrorista ETA.

Repulsa. Mientras, el Gobierno ofrece a diario constantes reacciones de repulsa a ETA. Ésta vez fue la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, la que, al término de la reunión del Consejo de Ministros, reafirmó "la resolución inquebrantable" del Ejecutivo para acabar "de una vez por todas" con la violencia terrorista.

Fuera de las fronteras españolas, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, hizo alusión al atentado de ETA ante sus socios de la OTAN en una reunión en Bruselas. Moratinos señaló "el papel fundamental de la Alianza Atlántica" y la "necesidad de solidaridad" en la lucha contra el terrorismo.

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