Ocho meses después de que los derechos políticos de Astilleros de Sevilla pasaran a la Junta y que se nombrara a un administrador único, éste dimite por causas personales. Ángel Díaz Munío se lo comunicó así a los trabajadores de la factoría, que valoran su salida como "negativa". "Viene a corroborar el estrepitoso fracaso de la Administración andaluza en su plan para ofrecer un futuro a la actividad, es la gota que colma el vaso", señalaron ayer fuentes del comité de empresa.
De este modo, indicaron que será el administrador único de los Astilleros de Huelva y el que fuera director general de la extinta Izar Construcciones Navales, José Luis Álvarez, el que se pondrá al frente también del sevillano. "Hay que resaltar que ya nos ha comunicado que su intención es garantizar que la actividad del astillero siga adelante, lo que valoramos como positivo", subrayaron las fuentes, que añadieron que "ha venido con un mensaje claro, aunque habrá que ver si al final se cumple lo que dice".
Y es que la plantilla de la factoría hispalense está ya "cansada" de "promesas que no se cumplen". Así, recordaron que cuando la Junta se hizo cargo de Astilleros prometió la búsqueda de una solución a través de un inversor, "y sin embargo estamos igual que entonces o peor, porque el tiempo corre en nuestra contra".
El interés de la plantilla, según el comité de empresa, "es buscar una solución dialogada", de ahí que ayer mantuviera un contacto con personal de la Administración andaluza para ver si podía haber un acercamiento que hiciera posible convocar reuniones entre las dos partes que alentaran la búsqueda de una salida para el astillero sevillano.
"Al final, los empleados vamos a acabar con problemas psicológicos porque llevamos un año viviendo con la incertidumbre de qué va a pasar con nuestro puesto de trabajo", señalaron. De hecho, en el otoño de 2009, las empresas auxiliares de la factoría comenzaron a marcharse debido a los impagos que venían sufriendo desde antes del verano.
Con la entrada de la Junta, los empleados esperaban que la solución "llegara pronto", aunque llevan ya unos seis meses sumidos en un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) y los tres barcos que tienen que completar esperan sin avance alguno.
"Lo que necesita el astillero es una inversión de 30 millones de euros para seguir adelante y para crear 1.500 empleos directos y de 4.000 a 6.000 indirectos. Si se pone esa cifra encima de la mesa, se reactiva al momento, porque los encargos ya los tenemos", insistieron las fuentes.
Además, se preguntaron cuánto tiempo están dispuestos a aguantar los armadores que han hecho los encargos -un ferry y dos barcos off-shore, o de apoyo a plataformas petrolíferas-. "Es hora de dar soluciones, por ello estamos dispuestos a retomar los contactos y a suspender temporalmente las protestas", informaron, ya que el fin es "que el astillero permanezca abierto".
