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"El agro debe mecanizarse y renovarse para ser rentable"

El presidente de la Asociación de Industriales y Exportadores de Aceituna de Mesa (Asemesa) considera que la rentabilidad del agricultor parte de sí mismo

el 01 may 2011 / 19:22 h.

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Carlos Jiménez posa en la sede de la asociación nacional Asemesa, ubicada en pleno centro histórico de la capital sevillana

-2010 fue el peor año de esta crisis y, aun así, el sector de la aceituna de mesa siguió creciendo en el exterior. ¿La clave?
-Sacrificio y esfuerzo para seguir sosteniendo la creación de riqueza y mantener y poder llevar nuestro producto a más gente.

-¿Qué tipo de sacrificios?
-Menos rentabilidad para nuestras empresas, puesto que hemos asumido más costes que se han cargado contra nuestras cuentas de resultados [rebajando el beneficio]. En este sector, que emplea mucha mano de obra, es difícil reducir los costes de personal. El sacrificio procede del propio negocio, de la empresa.

-Pero los agricultores aseguran que cobran menos, que existe una presión sobre ellos...
-No lo creo así. La industria no tiene la capacidad de controlar el precio de compra, sino que éste lo marca el mercado, la oferta y la demanda. De hecho, si hubiera una escasez, las cosas las verían de otra forma, ¿no? Cuando las aceitunas han estado caras, pues se han pagado caras.

-¿Existe, por tanto, exceso de producción en el campo?
-No podría decir si existe o no, sí que, a pesar del aumento de las ventas, no se consume la totalidad de las aceitunas. El reto, por tanto, es vender más.

-Pues se quejan...
-El campo debe renovarse. No se pueden hacer las cosas como un siglo atrás, cogiendo las aceitunas a mano, cuando hasta la recogida de las uvas está mecanizada. De la renovación depende su rentabilidad como agricultor. Y tendrá, así, una renta adicional sobre la de, por ejemplo, los marroquíes. También a nosotros nos interesa que cobre lo razonable.

-¿Y cómo vender más?
-Simple y llanamente, con más promoción, nuevas presentaciones y nuevos productos adaptados a los gustos del consumidor.

-La inteprofesional de la aceituna de mesa funciona, no así la del aceite de oliva. ¿Razones?
-La inteprofesional de la aceituna de mesa, Interaceituna, tiene en estos momentos un importantísimo papel para la promoción, en la que, además, está la aportación del Gobierno y de la Junta de Andalucía, no así la extremeña, al desvincularse del refuerzo financiero al que ya se había comprometido. A pesar de sus intereses dispares, porque en Interoliva están los productores y los industriales, estamos todos implicados y todos compartimos la necesidad de que hay que incrementar las ventas, de ahí que tenga un buen funcionamiento.

-¿Aprietan las grandes cadenas comerciales?
-Aprietan y también ahogan. La concentración de la distribución se traduce en concentración de poder y fuerza a la hora de comprar, y ahí jugamos con clara desventaja porque la oferta [la industria] está atomizada.

-¿Y por qué la industria no se concentra, no se fusiona?
-El camino a seguir es el de la dimensión, sí, pero todo el mundo también tiene el derecho a vivir con la dimensión que considere oportuna. La concentración por la concentración no vale, tiene que existir una coincidencia de objetivos. En esta industria hay 402 empresas y yo creo que no sobra ninguna, aunque sí serían convenientes dimensiones mayores.

-¿Pero es sostenible ese número de empresas?
-El número no es el problema pues cada una busca su propio nicho de mercado, sino que el problema estriba en el desarrollo del sector, de su crecimiento.

-Este sector está siendo ahora atendido por la Administración andaluza, no así años atrás...
-Pese a nuestra capacidad para generar riqueza y empleo, durante muchos años, efectivamente, se nos ha ignorado. La economía española y la andaluza en particular se han basado en la construcción, el turismo y la agroindustria y, afortunadamente, las adsministraciones se han dado cuenta de las posibilidades de esta última y miran ahora a los orígenes. Nunca es tarde si la dicha es buena.

-¿Pesa la imagen que de las finanzas de España existe en el exterior en vuestras exportaciones?
-En nuestro caso, no. De hecho, en 2010 batimos récord.

-¿Y se sufre a la banca?
-Toda la industria la sufre, la financiación sigue restringida.

"Sí vamos a cumplir el compromiso ambiental"

-¿Qué queda por descubrir en la aceituna?
-Se trabaja de manera febril en nuevas presentaciones y envases para hacerlos más atractivos e incluso introducirlos en los lineales de frescos, toda una novedad, también en nuevas líneas de rellenos de aceitunas, como quesos o jengibres, y apostar especialmente por los productos ecológicos.

-¿Y en el mundo?
-En 2010 exportamos a 140 países, algunos tan dispares como Nepal, Burundi o Ghana. Quedan otros muchos por investigar, todo depende de su potencial económico.

-¿Y en la promoción?
-Difundir la bondad saludable de la aceituna.

-¿Y para el medio ambiente?
-Toda la industria está muy implicada en el plan director que establecerá un conglomerado de tecnologías para reducir los vertidos. Llevamos invertidos cien millones de euros en tecnologías y soluciones intermedias y se ha avanzado muchísimo. La legislación exige, pero no siempre existe la disponibilidad tecnológica. Durante dos años hemos tratado de convencer a la Junta de Andalucía de que ese plan director mediombiental era vital. Tres Consejerías lo han firmado y se debería poner en marcha a la mayor brevedad posible. Nosotros vamos a cumplir, y no tengo dudas de que la administración lo hará.

-Pero hay garbanzos negros en la industria...
-En todos sitios los hay, pero no deben empañar nuestra imagen.

-¿Se teme mucho a la competencia exterior?
-No la minusvaloramos, tampoco la valoramos en exceso porque tenemos un 30% de la cuota mundial. Nuestra preocupación es vender más.

-¿Cómo ve que empresas sevillanas tengan plantas en países competidores como Argentina?
-Soy respetuoso con la estrategia de cada empresa para buscar negocio y que se localice donde sea, siempre que esa decisión no vaya en detrimento de nuestro país.

 

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