Economía

El agua que ha ido al mar daba para campaña y media de riego

El temporal despierta el debate sobre la capacidad de regulación del Guadalquivi

el 09 ene 2010 / 20:46 h.

El Guadalquivir a su paso por la presa de Alcalá del Río, en Sevilla, en una imagen tomada a finales de diciembre pasado.

Siempre tras un temporal que sucede a una sequía aflora entre los agricultores la cuestión de cuánta agua se ha perdido por la, a su juicio, escasa capacidad de regulación de los pantanos radicados en la cuenca del Guadalquivir. En el lado opuesto se ubican los ecologistas, que rechazan que esos recursos hídricos que llegan al mar sean un derroche, sino que siguen el curso natural de un río que estiman torpedeado en exceso por embalses y presas. Son aguas económicas versus aguas medioambientales.

Sea como fuere, los datos aquí quedan. Desde que comenzara el temporal, hace ahora tres semanas -el conteo se inicia el día 21 de diciembre y concluye el pasado viernes-, la presa del municipio sevillano de Alcalá del Río, último corte del cauce antes de desembocar en Sanlúcar de Barrameda, ha arrojado 1.666,84 hectómetros cúbicos de agua. ¿Y son muchos o pocos? Comparemos.

La patronal agraria Asaja tira para su monte al calcular que una campaña y media de regadíos se han ido directamente al mar siendo nula su productividad. En efecto, por primavera y hasta bien entrado septiembre los pantanos del Guadalquivir desembalsan aproximadamente 1.000 hectómetros cúbicos para atender los cultivos, siempre que haya habido una pluviometría normal y un holgado almacenaje.

En 2009, por ejemplo, se regó sin problemas, pero durante los tres años anteriores las dotaciones se redujeron y afectaron sobre todo al arrozal de las marismas sevillanas, que es el último que toma agua antes de que el gran río andaluz muera en el mar. Por eso, en el campo suele doler que tantos recursos "se pierdan" sin que se puedan guardar, al menos en parte, y utilizar después.

Más números. La cantidad de 1.666,84 hectómetros que ha pasado en exceso (más allá del caudal normal y ecológico) por Alcalá del Río equivale a casi la cuarta parte (en concreto, un 23,55%) de los 7.077 que suma la capacidad de embalse de todos los pantanos de la cuenca, roza un tercio (32%) de los 5.148 almacenados hasta el pasado viernes y, por último, es la mitad del volumen que en estos momentos reservan los pantanos del sistema de regulación general del río, cuyos recursos hídricos forjan el tronco principal de la agricultura de riego y que tienen una capacidad de 4.883,7 hectómetros.

Fuentes de la asociación agraria admiten las dificultades para construir más embalses, dadas las cada vez más estrictas exigencias mediambientales, pero creen posibles algunos puntuales y, sobre todo, que haya más permisividad para erigir balsas en las fincas. Se perdería así menos agua y se reduciría el riesgo de inundaciones, sin que el medio ambiente ni la vida del cauce del río se vieran dañados, sentencian.

Estuario y Doñana. "Puestos a comparar, comparemos también el agua del Mediterráneo que se pierde porque no se puede utilizar para los riegos". Con estas palabras, un consultor en materia de agua y agricultura, que durante años militó en una organización ecologista, resta credibilidad a quienes comparan las aguas que han pasado por la presa de Alcalá del Río con la que podría usarse en las campañas de regadío.

Por su parte, Felipe Fuentelsaz, responsable de Agricultura y Agua en Doñana de la asociación ecologista WWF Adena , resalta la contribución a la biodiversidad del Guadalquivir en las marismas y en el estuario, e incluso para la pesca marina en la Bahía de Cádiz por la confluencia de su caudal limpio de sal con las aguas salinas del Atlántico.
Aunque Fuentelsaz admite la "importancia de los arrozales" para la avifauna de Doñana, rechaza que se construyan más infraestructuras hidráulicas para atender los riegos del arroz -"que consume mucha agua"-, máxime si se tiene en cuenta, dice, que es un cultivo con una alta dependencia de ayudas europeas y éstas "no sabemos si dentro de cinco años existirán o no".

Agricultores, una "pérdida". Para la patronal agraria Asaja de Sevilla, el agua "tirada" al mar durante estas tres últimas semanas y las inundaciones en los municipios ribereños de Córdoba y Sevilla revelan la insuficiente capacidad de almacenaje y regulación en el Guadalquivir. En su opinión, compartida por otras organizaciones agrarias y de regantes, se deberían permitir más balsas de regulación en las fincas de los agricultores.

Ecologistas, un "beneficio". Frente a la postura de Asaja, desde la organización ecologista WWF Adena esgrimen que no existe en la cuenca del Guadalquivir un problema de regulación ni de capacidad de embalse, sino un "problema de gestión" de los recursos hídricos, sobre todo en la agricultura. Ha pasado mucha agua en poco tiempo por Alcalá del Río pero, explican, no es una pérdida, sino un beneficio para la biodiversidad del caudal.

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