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El alcalde enarbola el "interés público" para acabar las ‘setas’

Parar la obra y hacer otro contrato costaría 68,8 millones frente a los 30 previstos

el 20 jul 2010 / 21:05 h.

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El Pleno decidirá hoy si continúan o no las obras de la Encarnación.

El pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha decidido acabar las obras de la Encarnación, que ha contado con el voto de calidad del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y con la abstención de su socio de gobierno, IU. 

El alcalde se aferró ayer como un clavo ardiendo al "interés público" para terminar las obras de la Encarnación pese al informe desfavorable del Consejo Consultivo al modificado del presupuesto inicial en 30 millones más de euros (el Metropol Parasol costará cerca de 90 millones de euros). Con este argumento, Alfredo Sánchez Monteseirín acudió hoy al Pleno extraordinario convocado para avalar oficialmente la continuación de las obras con una única propuesta: "Instar al Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo a que apruebe el modificado [del contrato] como solución más adecuada para salvaguardar el interés público debidamente justificado, tal y como exige el dictamen del Consejo Consultivo de Andalucía", según reza en la convocatoria del Pleno. Citando jurisprudencia ya existente, "normalmente" prevalece el interés público a la hora de mantener un contrato si los motivos son "más ventajosos" para la Administración que abrir una nueva licitación.

Durante la hora que duró la comparecencia urgente de prensa, el máximo responsable de la ciudad enarboló en varias ocasiones los informes encargados a los técnicos de Urbanismo y al secretario municipal favorables a seguir con los trabajos por el "interés público". Rechazó sin titubear que el Consultivo le haya dado un varapalo e hizo una interpretación muy sui generis de lo dicho por el organismo autonómico. Según el alcalde, el Consultivo advierte que el modificado del contrato se hace para introducir "mejoras", no por "imprevistos o errores". En realidad, los juristas rechazan esa modificación al alza del presupuesto porque es superior al 20% que permite la Ley y porque esas mejoras deberían haberse previsto con antelación. El alcalde insistó, por último, en que el dictamen del Consultivo "no es vinculante" por lo que hoy, con total seguridad, será "oído" por el Pleno pero no acatado.

Así lo dejó claro Monteseirín minutos después. Ya sabe qué hay que hacer en la Encarnación, al margen del debate y posicionamiento que se produzca en el Pleno: continuar con los trabajos porque "es lo mejor para la ciudad de Sevilla". "Sevilla no puede permitirse pararse. Vamos a acabar con el sino de la Encarnación después de 30 años de indolencia, primero, y de frustración después", argumentó en un tono solemne adecuadamente ensayado para la ocasión. Porque el alcalde dio un paso más y convirtió el proyecto de la Encarnación en un tema de Estado. No de su Gobierno. Ni siquiera de sí mismo. La Encarnación es un proyecto de Sevilla. Aquí entraron en juego los números, las cifras millonarias que, a juicio del alcalde, están en juego en caso de que se decidiese parar la obra. El informe técnico de Urbanismo asegura, como ya adelantó este periódico, que parar la obra sería igual de costoso que terminarla. Concretamente, habría que abonar 38,41 millones de euros (más de 22 millones sólo en concepto de indemnizaciones a Sacyr por romper el contrato).

El modificado que ha tumbado el Consultivo supone 30 millones más de los previstos inicialmente (algo más de 51). El alcalde señaló en su comparecencia que, en caso de parar, el presupuesto final se multiplicaría por "2,3 veces" el modificado último. Es decir, 68,88 millones de euros. Lo que el alcalde parece obviar es que, tal y como aparece en el informe de Urbanismo repartido a la prensa, dentro de esos 68,88 millones de euros totales se incluyen tanto el coste de parar las obras (38,41 millones) como el de terminarlas (30,47), como si ésa fuera la única vía posible.

Dentro del apartado de las consecuencias económicas negativas que tendría frenar ahora la Encarnación, Monteseirín aludió también a los costes "sociales", "los que más me importan", apostilló. Y por costes sociales entiende el alcalde el "impacto en la imagen de Sevilla" -"Metropol Parasol ha sido un proyecto destacado en varios foros internacionales por su carácter innovador dentro de espacios históricos"-, en el empleo y en el turismo. Sobre ésto último, el alcalde hizo referencia a un estudio de Urbanismo que dice que, en el primer año de funcionamiento de los parasoles, la ciudad ingresará 165 millones en concepto de gastos en gastronomía, hoteles, transporte y ocio, entre otros.

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