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El alcalde que dio el cante

Como ocurriese con los alcaldes del Partido Popular inicialmente implicados en la operación Gürtel, no hay que rasgarse las vestiduras por tirar de la manta de la corrupción, ya sea en Boadilla del Monte o en Alcaucín.

el 15 sep 2009 / 23:40 h.

Como ocurriese con los alcaldes del Partido Popular inicialmente implicados en la operación Gürtel, no hay que rasgarse las vestiduras por tirar de la manta de la corrupción, ya sea en Boadilla del Monte o en Alcaucín. El alcalde de esta última localidad malagueña, José Manuel Martín Alba, ya ha sido expulsado del PSOE al ser imputado por varios delitos de cuello blanco en el contexto de la llamada Operación Arcos. Habrá que ver, por aquello de la presunción de inocencia, la solución final de las diferentes diligencias sumariales. Disculpen el refrán inquisitorial, pero, puestos a ello, la que sea bruja que cruja. Aquí no vale preguntarnos y tú de quién eres para distinguir entre unos y otros corruptos: la corrupción no es de nadie más que de aquellos que incurren en ella. Y el crimen político no tiene nada que ver con la política, sino con el crimen.

Hoy por hoy, la actitud del PSOE de Andalucía respecto al alcalde de Alcaucín resulta mucho más coherente que la que ha adoptado el PP en relación a sus cargos públicos imputados en la trama que investiga Baltasar Garzón: e ignoro si resulta más cutre la visión de ese primer edil con el colchón forrado de pasta o las facturas de sastrería del presidente Camps. Claro que quizá lo único que traten los socialistas es de curarse en salud y de que escándalos de este tipo no reduzcan aún más la distancia que las últimas encuestas auguran entre el PSOE de Andalucía y los conservadores de Javier Arenas. Aunque no esté libre de culpas, el PP ya ha enchufado el ventilador de la corrupción para tapar sus propias miserias internas y lograr sacarle alguna cabeza de ventaja a sus rivales. Sin ser casos extrapolables, si los socialistas del sur quieren evitar el contagio gallego tendrán que acostumbrarse a pensar que los próximos comicios no los ganarán por incomparecencia del adversario, como ocurriera en el pasado, sino que tendrán que fajarse en el ring de las urnas.

Más allá de las estrategias electorales, aquí los únicos que tienen que dar el cante son los culpables de consolidar un sistema de valores que busca como eterna referencia la de toma el dinero y corre, todo un torpedo en la línea de flotación de la propia democracia. Habrá que ver si termina cantando por carceleras el alcalde de Alcaucín, acusado de los delitos de cohecho, blanqueo de capitales, prevaricación, tráfico de influencias y falsedad, mientras que a dos hijas suyas se les imputa otro delito de blanqueo. Él suele actuar en público bajo el nombre artístico de Pepe Calayo, pero por lo visto sus actuaciones más famosas, con un arquitecto de Diputación de Málaga como palmero, no tenían lugar en los tablaos del jondo sino en los suelos no urbanizables.

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