“Ahora es el momento”. Con esta afirmación justificó ayer el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), su última propuesta urbanística: un paso subterráneo que conecte el Paseo del Marqués de Contadero con el Teatro de la Maestranza. La idea, argumentó, se barajó en el proyecto original del coliseo operístico, aunque al final se desestimó.
¿Y por qué es ahora el momento? Pues porque por fin se van a acometer las obras en Marqués de Contadero, aunque todavía no se han dado fechas concretas. Ya que se va a levantar esta zona, vino a decir, se podría aprovechar para incluir este túnel en un punto por el que pasa una media diaria de 28.000 vehículos. Lo que hizo ayer fue poner la idea sobre la mesa, para que se analice y se estudie la posibilidad en el marco de unas obras que, por fin, dignificarán esta orilla del río con un complejo turístico que servirá de interpretación del Guadalquivir.
Eso sí, Monteseirín recordó que la idea no fue suya, sino de los propios arquitectos del Maestranza, Aurelio del Pozo y Luis Marín, que cuando lo diseñaron previeron esta posibilidad conectando el nivel -1 del teatro con el paseo del río. Al margen de convertir este túnel en una especie de avenida principal hacia el río, el regidor alegó motivos de “seguridad”, con lo que se refería a las concentraciones de personas que se amontonan (sin mucho espacio, la verdad) ante las puertas del complejo operístico los días de representaciones.
La idea es indudablemente atractiva, aunque de partida se enfrenta a varios problemas. El primero y más importante es, lógicamente, el económico, ya que ahora hay que analizar cuánto costaría realizar un proyecto que no está ni mucho menos cuantificado. El segundo es el técnico, punto en el que el propio regidor admitió que “hay que tener especial cuidado” con el aparcamiento subterráneo que recorre buena parte del Paseo de Colón, que no pondrá las cosas precisamente fácil desde un punto de vista de la ingeniería. De hecho, cuando se barajó a finales de los años 80 hacer este túnel no existía dicho aparcamiento, que ahora supone una dificultad evidente.
La idea del paso subterráneo se puede plantear ahora porque ya están despejadas las dudas para la remodelación del Paseo del Marqués de Contadero. En esta zona, delimitada entre el Monumento a la Tolerancia de Chillida y la Torre del Oro, se anunció hace años un proyecto turístico que después nunca terminaba de arrancar. ¿La causa? La titularidad de los terrenos.
En este sentido, Monteseirín explicó que la Junta de Andalucía “exigía” garantías antes de empezar unas obras que paga al 60%. Los suelos son del Gobierno central, que los cedió al Ayuntamiento por un periodo “que estaba agotándose”. Tras la oportuna negociación, con el consiguiente retraso, el Consistorio ha logrado una prórroga indefinida. Así se podrá acometer una actuación enclavada en el Plan Turístico que, en 2006, suscribieron Junta y Ayuntamiento por un montante de 22 millones de euros para actuar en varios puntos de las orillas del Guadalquivir. El alcalde, de hecho, sacó pecho con la circunstancia de que durante su mandato “no va a quedar ni un centímetro del río en el que no se haya intervenido” para recuperarlo.
Un paso subterráneo como el que ahora se propone tiene su precedente en la ciudad en el túnel que conecta el Archivo de Indias y la Silla del Cabildo en la calle Santo Tomás. Como éste, la singularidad de esta infraestructura es que sería de uso peatonal, porque si difícil parece este proyecto, prácticamente imposible sería hacer un paso subterráneo para los vehículos, como es lo normal. La fuerza de 28.000 vehículos al día es argumento más que suficiente para ni plantearse esta posibilidad.
Centro turístico. Marqués de Contadero acogerá “un complejo que tendrá información turística y tiendas”. Esa promesa parece de ayer, pero se lanzó hace ocho años en Lisboa, durante un viaje promocional. Ese anhelo del Ayuntamiento hispalense sigue a pesar del paso de los años. Ya lo dijo el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, en junio de 2010: la recuperación de los bajos de Marqués del Contadero se debe culminar en este ejercicio.
Esa recuperación tiene su base en el turismo. De hecho, la memoria del Plan Turístico de Sevilla recoge que estas dependencias deberían albergar un centro de atención integral al visitante para poder responder a la demanda.
Mientras se culmina ese proceso, los bajos de Marqués de Contadero acogen los servicios municipales de atención al Inmigrante, el Banco de Alimentos y la Delegación de la Mujer, que se trasladó tras su salida del clausurado edificio de Diego de Riaño.
También está la sede de la asociación musical de las Cigarreras, que sufrió un amargo enfrentamiento en octubre de 2009 con la Delegación de Juventud, que gestiona IU, que amagó con expulsarla para albergar un centro cultural para la juventud que no recogía la actividad de esa formación. El PSOE se enfrentó a esa postura y, al final, se acordó la cesión del local hasta que hubiera otras instalaciones adecuadas para la entidad.
