Era su último acto oficial como alcalde de Sevilla . Su adiós tras doce años al frente del Gobierno de la ciudad. Alfredo Sánchez Monteseirín lo sabía y no dejó pasar la ocasión para enumerar algunos de sus proyectos durante el discurso de apertura de la entrega de las medallas de la Ciudad , con el que quiso demostrar que se va "con el convencimiento y la satisfacción de haber dejado una ciudad mejor de la que encontré", en definitiva, una "Sevilla más justa".
Monteseirín tomó la palabra tras la interpretación de la cantaora flamenca Esperanza Fernández, una de las premiadas. Con ella arrancó un paseo imaginario por la "Sevilla del siglo XXI" al que invitó a todos los asistentes a la gala celebrada en el Teatro Lope de Vega. Un recorrido que comenzó por el Centro de Salud de El Cachorro y que terminó en el Charco de la Pava y sus campos de fútbol de césped artificial, pasando por el Paseo de la O, calle Asunción, los Jardines del Cristina, Plaza de España, la Encarnación, la Alameda, San Jerónimo y la orilla del río. No olvidó ni los parterres "reflorecidos" de la entrada a Sevilla por la A-49. Todo ello acompañado por los distintos galardonados con una medalla de la ciudad, incluso de los que lo hicieron de forma honorífica, que este año fueron los tres diputados sevillanos que firmaron la Constitución de 1812 (Alonso Torres Guerra, Agustín Moreno y Garino y Francisco de Sales Rodríguez de la Bárcena).
En su discurso, el alcalde en funciones enumeró grandes proyectos como la Encarnación, "que está recuperando la vitalidad perdida en la zona norte del casco histórico", pero tampoco olvidó los barrios, en los que se ha logrado "fijar un estándar en el nivel de equipamientos y servicios de todos los barrios de Sevilla al que ya nadie va a estar dispuesto a renunciar".
Por eso, Monteseirín dijo irse "con la íntima pero enorme satisfacción de haber podido poner en práctica mis ideas socialistas y de haber comprobado que éstas han servido para hacer una Sevilla más justa", tras recordar las palabras de Pablo Iglesias. "Sois socialistas no para amar en silencio vuestras ideas ni para recrearos con su grandeza y con el espíritu de justicia que las anima, sino para llevarlas a todas partes", repitió el alcalde evocando al fundador del PSOE. Una etapa de la que dijo llevarse sólo las satisfacciones. "Me voy como llegué, ligero de equipaje", añadiendo que "los sinsabores, las frustraciones, los malos momentos y los días de tormenta, allá quedaron, no tienen sitio en mi maleta". En ella sólo dijo llevarse "las risas y las travesuras de los niños que juegan en cualquier espacio reconquistado a los coches" o "la tranquilidad de los que pasean por los nuevos parques o las remozadas calles de su barrio o del centro peatonalizado".
Pero las palabras de Monteseirín no sólo se centraron en recordar los proyectos de su mandato, sino que también dio las gracias porque "la voluntad democrática de la ciudadanía de Sevilla me ha concedido el inmenso honor de haber sido el alcalde de más amplia trayectoria en la ciudad desde que se creara la institución". Un "honor" que no le impidió "pedir disculpas" a quien se haya sentido "molesto o perjudicado por nuestra acción de gobierno", pues sus errores "no deben achacarse a la mala voluntad, sino a las limitaciones a las que la humana condición nos condena a todos los que distamos de ser perfectos". Sin embargo, confía en que la valoración de su mandato "la hará la ciudadanía cuando se vean las cosas con mayor distancia, fuera ya de la crispación de la contienda política y electoral".
Pero no tuvo que esperar tanto, la presidenta del Parlamento andaluz, Fuensanta Coves, quiso alabar públicamente el "fructífero" gobierno de Monteseirín durante su discurso de clausura del acto. Lo mismo hizo el presidente del Senado, Javier Rojo, quien en sus palabras de cierre no olvidó destacar el trabajo de su "amigo".
Quien no compartió dicha opinión fue el alcalde electo, Juan Ignacio Zoido, quien no ocupó su puesto en el escenario como portavoz municipal del PP, como hiciera otros años. En su lugar estuvo Curro Pérez, el aún portavoz adjunto, quien estuvo sentado junto al portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos; su homólogo del PSOE, Alberto Moriña; y la edil en funciones de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto-Castro. Zoido prefirió estar en primera fila -algo más atrás estaba su rival del PSOE, Juan Espadas- y no entrar a opinar sobre el discurso de Monteseirín y su paseo. "Los actos son cada uno para una cosa y hoy era el día para el reconocimiento de unas personas que han dado mucho de su vida para esta ciudad", sentenció.