Tradicionalmente, el Alcázar rebasa la cifra del millón de visitantes, pero incluyendo las visitas de grupos y escolares. En 2010 se romperá una tendencia negativa de pérdida de turistas que duraba ya tres años, porque el último en el que se registró un incremento fue 2006. Y como prueba del estirón que van a dar las cifras, el 1.050.000 de visitantes individuales que se prevé casi iguala el 1.080.302 que se registró en 2009 incluyendo el capítulo de grupos. Dicho de otra manera, la previsión señala que se puede estar cerca de las 100.000 entradas individuales de más.
Los Reales Alcázares son en la actualidad el segundo monumento más visitado de Sevilla tras la Catedral, aunque las distancias se han reducido en los últimos años. El templo metropolitano cerró 2009 con un total de 1.212.380 turistas, con una caída en los últimos años más acusada que su vecino monumental. De hecho, si el Alcázar cifra en un 9% su incremento en lo que va de año, el Cabildo Catedral calculó en verano que en su caso esta subida era del 6%.
A estos buenos números ayuda que, desde 2009, el monumento abre más horas al público. La jornada se alargó las tardes de domingos y festivos, pero lo más importante fue la apertura todos los lunes, una histórica demanda planteada por el sector turístico de la ciudad. Por cierto, que los registros no dejan de ser un indicador de que el turismo empieza a recuperarse después de tres años de travesía del desierto.
Estos números los dieron a conocer ayer tanto el alcaide del monumento, Antonio Rodríguez Galindo, como su director, Antonio Balón, en el marco de la presentación de la nueva etapa de la revista Apuntes del Alcázar, una publicación anual que alcanza su número 11 y que es demandada incluso por universidades de Europa y Estados Unidos por sus artículos sobre las técnicas de restauración que se emplean para rehabilitar el conjunto palaciego.
Además de crecer en turistas, el monumento vive un momento importante porque sus responsables están estudiando -tal y como ha mandatado el alcalde- cómo se encargan de la gestión del Antiquarium, la cripta subterránea en la que se exhibirán los restos encontrados bajo las setas de la Encarnación. La idea es llevar parte del flujo de turistas hasta el Metropol Parasol, para lo que se barajan opciones como una entrada compartida, lo que está obligando a un complejo análisis jurídico para determinar hasta dónde puede llegar el Alcázar con competencias fuera de su ámbito.
También en breve se iniciará la tercera fase de los trabajos arqueológicos en el Patio de Banderas, donde está "casi decidido" que se hará una cripta visitable, porque los restos encontrados "son interesantes y están en buen estado", según Rodríguez Galindo, quien recordó que aquí están las huellas más antiguas (del siglo VIII a. C.) de actividad humana en Sevilla.