Feria de Abril

El alumbrado puede esperar; cacharritos y flamenquitas, no

El recinto ferial se llena de familias que aprovechan el domingo para llevar a los niños a los cacharritos.

el 14 abr 2013 / 21:12 h.

Sevilla 14 04 2013: Ambiente de PreFeria<br />

FOTO:J.M.PAISANO Las vallas que impedían entrar en el Real por debajo de la portada y pisando con el pie derecho primero, como manda la tradición, y los camiones de reparto y de los catering aparcados a las mismas puertas de las casetas todavía a mediodía eran ayer las únicas señales en el recinto de Los Remedios de que todavía no ha empezado la Feria de Abril de 2013. Oficialmente, porque la llamada preferia llenó ayer las casetas particulares de comidas de socios y la calle del infierno, de familias que aprovecharon el fin de semana, y especialmente el veraniego domingo que amaneció, para llevar a los más pequeños a los cacharritos. En el caso de las niñas, muchas luciendo ya sus trajes de flamenca. El ambiente el domingo de preferia. / J.M.Paisano (ATESE) El ambiente el domingo de preferia. / J.M.Paisano (ATESE) “Hoy [por ayer] es uno de los mejores días de la Feria de Sevilla”, explicaba el encargado del barco pirata infantil y una de las atracciones acuáticas. De momento, decía, el negocio estaba más o menos como el año pasado. Como el responsable de uno de los tiovivos infantiles, reconocía que ayer había más gente que el sábado, pero aún no querían cantar victoria. Y destacaban que desde hace cuatro años mantienen los mismos precios, 3 euros, tanto este fin de semana como durante la Feria, pese a la creencia popular de que ayer eran más baratos. Esta idea es la que llevó a algunas familias a aprovechar el domingo para llevar a los niños, pero también el hecho de que el resto de la semana –salvo el miércoles– sea laborable y que “hay menos gente y es más tranquilo para los niños, si no tienes que estar con mil ojos”, relataba ya de vuelta la madre de Irene y Sofía, ambas vestidas de flamenca. “Ellas se visten hasta en casa”, decía. En general las familias se plantean acudir a la Feria con los niños solo otro día más porque “está la cosa cortita” y cada uno emplea sus trucos para conformar a sus hijos. “La Feria ya no empieza hasta el jueves”, decían unos padres a su hijo la noche del sábado –una noche también tradicional de cenas prepescaíto en las casetas particulares y de asociaciones–, eufórico éste con sus globos y previos varios ganados en las tómbolas. Y si los cacharritos estaban a pleno rendimiento, por el resto de calles del Real se alternaban las casetas plenamente ambientadas con el tradicional “domingo de paella”, como el de la caseta Los Tormentos en la calle Costillares, o lo que se tercie para los socios, con otras plenamente cerradas donde se ultimaban las tareas de montaje, como en la caseta El Refugio de los Duendes, en la calle Joselito El Gallo. Cerca de ésta, en el número 210, los socios comían también la tradicional paella “otros años había también gambas y jamón, éste solo paella con pimientos fritos”, explicaban. Pese a las ganas de Feria, la sombra de la crisis es más alargada que la de los farolillos sobre el albero ayer cuando el termómetro marcaba más de 30 grados. El calor hacía mella y más de uno sacó a la puerta de la caseta una mesa con sillas para comer al fresco mientras, ya en los bares de la calle Asunción y alrededores –también a rebosar ayer al mediodía–, alguna de las pequeñas que estaban “locas por vestirse”, se bajaba desesperada los leotardos que la madre le había colocado bajo el vestido, probablemente sin esperar este verano adelantado y por esa máxima inherente al instinto maternal según la cual hay que poner la rebeca a los niños cuando sus madres sienten el más mínimo frío. Las comidas preferia no solo se producían en las casetas estrictamente particulares. También en las de asociaciones e instituciones como el Ateneo o la hermandad de Montesión (qué mejor forma de pasar el disgusto de la frustrada salida procesional que disfrutando de la Feria). El dúo Es lo de menos probaba el sonido en una de las casetas que los ha contratado para tocar durante la semana y reconocían que “tenemos el mismo trabajo que el año pasado, ésta y otra caseta”, por lo de momento la crisis no les ha afectado demasiado. En la caseta del retén de Bomberos, operativa desde el viernes, los efectivos de guardia estaban tranquilos. “De momento sin incidentes. Ayer [por el sábado] hubo un pequeño conato en una caseta”. Y tanto dentro del Real como en los alrededores ya se pudieron ver ayer los primeros coches de caballo y enganches, algunos procedentes de la exhibición celebrada por la mañana en la Real Maestranza y otros “probando a los caballos, que son nuevos, a ver cómo responden para el martes”, explicaba el cochero de un enganche particular en Virgen de Luján mientras hacía una parada para comer el bocadillo antes de “volver a la cuadra”. Junto a los sevillanos ansiosos de Feria, el Real era la noche del sábado y ayer domingo lugar de paseo para turistas y visitantes. Según los hosteleros, la ocupación este fin de semana rondó el 90%. Es temporada alta y quien no optó por aprovechar el buen tiempo para acercarse a la playa, incluyó el Real entre los lugares de interés para visitar en la ciudad.

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