Economía

El amargo final de ocho décadas de azúcar sevillano

La superficie sembrada de remolacha en la provincia cae a menos de la mitad en un año, con 7.000 hectáreas, y a un tercio en el conjunto de la comunidad. 2008 marca, pues, el fin de una historia industrial que, para la provincia, se inició en 1929.

el 14 sep 2009 / 22:38 h.

La superficie sembrada de remolacha en la provincia cae a menos de la mitad en un año, con 7.000 hectáreas, y a un tercio en el conjunto de la comunidad. 2008 marca, pues, el fin de una historia industrial que, para la provincia, se inició en 1929.

Nunca una reforma agraria comunitaria ha tenido tanto impacto en tan poco tiempo. El nuevo régimen de ayudas al azúcar, que obliga a una reestructuración de la industria y del cultivo de la remolacha, tiene en la actual campaña su más brutal impacto: hay un tercio de lo que había hace un año y una cuarta parte de lo que había hace dos.

No hay aún datos oficiales sobre siembras, y aún queda margen para seguir plantando, aunque poco, puesto que los embalses del Guadalquivir no están para muchos riegos, pero los datos provisionales con los que cuenta Manuel Pérez Becerra, secretario general de la Federación de Remolacheros del Sur, son demoledores. Frente a las 26.307 hectáreas de la pasada campaña, las 38.242 de la anterior y las 40.857 como media del cuatrienio 2002-05, para la actual sus cálculos hablan de entre 9.000 y 10.000 en el conjunto de Andalucía. Y si hasta 2006 el promedio regional de cosecha era superior a los dos millones de toneladas, en 2007 bajó a 1,4 millones y serán apenas 700.000 el verano próximo.

Eso en cuanto al cultivo. En lo que respecta a la industria, si la década comenzaba con cinco fábricas (cuatro de Ebro Puleva y una quinta de Azucareras Reunidas de Jaén, AJR), quedan tres, de las que una ya ha echado el cierre y otra, la sevillana de San José de La Rinconada, es más que probable que no abra sus puertas y sea clausurada un año antes de lo previsto.

La decisión sobre la fábrica sevillana la tomará su propietario, Ebro Puleva, en los próximos días en función de los datos de siembra, dijeron a este periódico fuentes del grupo agroalimentario. Primero se comunicará a los productores y a la Consejería de Agricultura y, hoy por hoy, pesa más el no que el sí, aunque la empresa podría hacer un último esfuerzo para mantener abierta la planta esta campaña y, tal y como estaba contemplado, clausurarla para siempre tras la molturación de este próximo verano.

Pesimismo entre los remolacheros sevillanos. "Tal y como están las cosas, es muy difícil que abra [la fábrica de] La Rinconada", señala Pérez Becerra. Sin embargo, apostilla, hay dos hechos relevantes que juegan a favor del sí. Primero, que la única planta que molturaría, la jerezana denominada Guadalete, tiene una capacidad para medio millón de toneladas, y las 700.000 esperadas son, pues, "muchas para ella, salvo que quiera [la empresa] que la campaña dure tres meses, y eso no puede ser".

Y segundo, "¿quién asumiría los gastos de transporte hasta Jerez de la producción ya contratada precisamente para la azucarera sevillana?", se pregunta el representante de los cultivadores. Cabe recordar, en este sentido, que, para este sector, entre industria y agricultor siempre media un contrato previo a la siembra, por el que una se garantiza el suministro y el otro, la rentabilidad de su cosecha.

Fin de una historia.

Frente a la caída de las siembras en el conjunto de la comunidad -hace justo una década la superficie alcanzaba las 52.797 hectáreas, según las series estadísticas de la Consejería de Agricultura-, la presencia de La Rinconada ha permitido a Sevilla amortiguar hasta ahora tan brutal impacto. Si en 1998 eran 20.000 las hectáreas en la provincia, la media para el periodo 2002-05 ascendía a 18.544, siendo de 17.750 en 2006 y 14.450 el año pasado. Traducidas en toneladas, 1,15 millones diez años atrás, 1,17 millones para el citado cuatrienio, 1,24 millones en 2006 y 822.540 en la última campaña recolectada. Pero 2008 va a marcar un antes y un después.

Las previsiones que maneja Manuel Pérez Becerra apuntan a 7.000 hectáreas en Sevilla, esto es, la mitad que en el ejercicio pasado, con una cosecha esperada de 450.000 toneladas. Hace dos meses, cuando la compañía agroalimentaria presentó su plan de reestructuración, puso como condición sine qua non para mantener operativa una campaña más la planta de La Rinconada (el cerrojazo era definitivo para la también jerezana del Guadalcacín) el que hubiera siembras suficientes. Y aunque Ebro Puleva proseguirá con la planta de alcoholes en el municipio, lo cierto y verdad es que en 2008 será el año en que mueran ocho décadas de historia de la industria azucarera sevillana (la planta se construyó en 1929 y de 1931 datan sus primeros datos de molturación).

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