Pocos termómetros hay en Sevilla, a nivel de restauración, para medir la temperatura de la ciudad. Un claro ejemplo es la Cafetería Donald, en la calle Canalejas. Cuando éste establecimiento saca sus mejores galas, mesas debidamente montadas con los colores albero y granate presidiendo las mismas, y su característica alfombra roja en plena calle, es que Sevilla va respirando el más genuino ambiente taurino y de feria. Prueba de ello pueden dar insignes nombres que conocen sus bondades gastronómicas, como Curro Romero, Paco Camino, Chopera, Julio Aparicio, Paco Ojeda ó el Litri, por citar a algunos.
El año es muy largo, y cuando los hosteleros de Sevilla se vuelcan para que la calle resplandezca, con motivo de la llegada de sus mejores fechas, es muy de agradecer. Cierto es que si la carta gastronómica no acompaña, todo es para nada. Pero no es el caso. Los profesionales de la Cafetería Donald muestran en sus vitrinas lo que más puede apetecer a la mayoría de la gente. Por eso, el centímetro cuadrado de barra se cotiza tanto.
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