(FOTOGALERÍA) La Cuaresma de este año enfila su último tramo. En unos días la ciudad estrenará Domingo de Ramos. La inminente llegada de la fiesta se palpa en las calles de Sevilla con el trasiego de capirotes y preparativos, y también en los templos, donde la mayoría de las hermandades tienen ya listos sus pasos a la espera de contar con la venia meteorológica para poder hacer cumplir sus reglas y realizar estación de penitencia a la Catedral.
Mientras que muchos seguían el anuncio de la fiesta a través de la voz de Francisco Berjano, otros tantos se acercaban a Resolana para contemplar a la Virgen de la Esperanza sobre su paso de palio. La Macarena amanecía ataviada para una nueva Madrugá con el manto de malla conocido como el «camaronero», la toca que recuperó hace unos años el taller de Francisco Carrera Iglesias y la recién restaurada saya de los volantes. La saya, fechada en el año 1936 en el taller de Victoria Caro siguiendo un diseño de Ignacio Gómez Millán, presentaba tres niveles de deterioro: la alteración de su primitivo diseño (en los años 80 se amplía con unos bordados antiguos que no eran originales); la pérdida del soporte, el tisú, en algunas zonas (a pesar de que en esa misma restauración, dirigida por las Hermanas Martín Cruz. Fue la primera saya que tuvo la Macarena tras el saqueo de San Gil.
Otro de los datos relevantes es que será la última vez que José Garduño, su mítico vestidor, la vista de cara a la Semana Santa pues ya tiene anunciada su retirada para los actos del Cincuentenario de la Coronación, previstos para el próximo 31 de mayo.
En la otra orilla del río, la Virgen de la Esperanza de Triana también amanecía espléndida con el refregador que recuperó Francisco Javier Hernández, su vestidor actual, siguiendo el estilo adquirido en los años de Antonio Ordóñez. Asimismo, la Capitana lleva el conocido como manto de los dragones, fechado en 1947 y la saya de Benjamín Pérez de 1989. Completa el atuendo con la toca de sobremanto de las Hermanas Martín Cruz.
