Viene siendo frecuente en esta XV Bienal que artistas jóvenes vindiquen la vuelta a los orígenes del flamenco, el viaje a la semilla. El cantaor Arcángel, con De dónde venimos, a dónde vamos (Teatro Lope de Vega, 20.30 horas) y el guitarrista Cañizares (Central, 23.00 horas) con Origen, demostrarán hoy hasta qué punto van en serio.
El onubense Arcángel, representante de una brillante generación de cantaores bajoandaluces que en pocos años ha logrado forjar un notable prestigio, ha escogido para su cita en el Lope un título que lo dice todo. En sus propias palabras, "De donde venimos, a donde vamos quiere ser una puerta, una posibilidad de explicar hacia dónde puede evolucionar el flamenco", comenta. "A muchos les sonarán cosas del repertorio, porque está basado en la recreación de cantes populares. Todo sigue un orden desde lo más antiguo a lo más novedoso".
Para la parte más clásica, Arcángel asegura mirarse en los espejos de Chacón, Tomás Pavón, la Niña de los Peines, "y esta vez un poco más de Mairena, y de Camarón". En cuanto al A dónde vamos, cree que "es importante hacer una renovación de las estructuras. Si podemos aspirar a algo, es a cambiar de sitio ingredientes, acentos, porque las bases ya están puestas".
Arcángel, para muchos injustamente zarandeado por cierto sector de la crítica con su último homenaje a Manolo Caracol, Zambra 5.0, no piensa en revanchas: "Aquello pasó, y creo que tengo que mirar para otro lado. Sí creo que fui injustamente tratado, y defiendo la libertad de los que estamos en el mundo del arte para expresar nuestras ideas. Yo simplemente quiero pasármelo bien y mostrar mi visión del flamenco, luego cada uno es muy libre de pensar lo que quiera".
PASADO Y PRESENTE. Otro viaje al centro del arte bajoandaluz es el que propone Juan Manuel Cañizares. El guitarrista de Sabadell define Orígenes como "un puente al lugar de donde vengo, un espectáculo en el que miro a mi pasado musical desde que empecé a tocar con seis años", asevera el guitarrista, que con su cuarto disco, Suite Iberia, Albéniz por Cañizares, obtuvo el Premio de la Música 2008 al Mejor Intérprete de Música Clásica.
Durante algo más de una hora, y a través de palos tradicionales como la colombiana, las bulerías, el zapateado, tangos y tanguillos o rumbas, el músico tiene por objeto "realzar el protagonismo del sonido de la guitarra a partir de un formato pequeño, con percusión, guitarra y baile", explica.
En cualquier caso, el guitarrista catalán asegura que en cada concierto "trato de ser la mejor versión de mí mismo", y que ahora su búsqueda apunta a "esa simplicidad difícil de encontrar, la del menos es más. Si toco una soleá durante dos minutos y nadie la reconoce, significa que estoy perdiendo el carácter flamenco", apostilla.
