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El aplauso de ZP y "la pinza" del Pleno

El mismo día que el consejo de ministros se trasladó a Sevilla, el Consistorio aprobó una moción contra su política económica. Zapatero tilda de «espectacular» la ciudad.

el 19 mar 2010 / 21:43 h.

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Cualquier gesto por mínimo que sea es un balón de oxígeno para un alcalde y un gobierno que arrastran una cadena de varapalos desde que José Antonio Griñán decidiera forzar el debate sobre el futuro de Alfredo Sánchez Monteseirín. Ayer, fue el consejo de ministros, un efusivo saludo con el propio Griñán, y sobre todo una frase del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE: "Por cierto, alcalde, me ha parecido desde que he aterrizado que la ciudad está espectacular". El regidor, que no anda sobrado de muestras de apoyo ni siquiera de su propio partido, lo recibió con entusiasmo, al igual que varios de los delegados que conocieron las declaraciones en el primer Pleno sin alcalde. Literalmente. No sólo porque Monteseirín estrenó su etapa de provisionalidad sino porque el regidor estuvo ausente casi toda la sesión.

Incluso el PP respetó su ausencia, aunque no le excluyó de las intervenciones de su portavoz, Juan Ignacio Zoido: "Han hablado ustedes de Griñán y de mis carteles electorales -en referencia a una intervención previa de los socialistas que criticaron que su imagen no había cambiado desde 2007- pero ha sido Griñán quien ha decidido cambiar el cartel del PSOE (...) El alcalde ha perdido, al no debatir del Metro, otra oportunidad para salir con la cabeza alta".

Apenas hubo más alusiones expresas al vacío de Plaza Nueva. Ese debate se lo deja el PP a los propios socialistas que ya lo mantienen vivo desde hace semanas. Pero en el seno del Gobierno hay nerviosismo e incertidumbre, que reflejan los dos socios. El propio portavoz de IU, Antonio Rodrigo Torrijos, fue el primero en ponerse a la defensiva: "Este no es un gobierno en descomposición, sino que es sólido, fruto de la unión entre dos partidos. La descomposición viene por la degradación de la vida pública del PP".

Pero aunque, como dice IU, el pacto "está por encima de las personas", Monteseirín es una pieza clave en la cohesión. La federación defiende el acuerdo, pero se hace su hueco en el nuevo escenario. Ayer lo hizo con una propuesta que criticaba expresamente la política económica del Gobierno central, al que acusó de abaratar el despido y de ir contra los derechos de los trabajadores con una propuesta que pedía retirar las iniciativas planteadas en el seno de la comisión del pacto de Toledo.

El fondo no es extraordinario, las formas sí lo fueron. Porque PP e IU sumaron sus votos en contra del Gobierno central, y aunque había varios ediles de la oposición fuera de sus asientos, un error del edil socialista Francisco Fernández, que votó a favor de la propuesta, permitió que se aprobara la moción. Sevilla, la primera capital gobernada por el PSOE -al margen de Barcelona en manos del PSC-, muestra oficialmente su rechazo a la política económica de Zapatero el mismo día en el que el consejo de ministros se reúne en esta misma ciudad.

La suma de este factor coyuntural y del tenso escenario municipal llevaron al portavoz socialista, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis a lanzar una serie de comentarios más ácidos de lo habitual. "Mi compañero Torrijos ha usado una serie de argumentos demagógicos con los que no estamos de acuerdo (...) En estos momentos en los que tanto se habla de cambio está bien recuperar escenas como la "pinza" -la estrategia protagonizada en la Cámara autonómica por PP e IU-. Celis matizó que era una broma, pero Torrijos la encajó muy en serio.

"Si esto es demagogia, la verdad es demagogia. PSOE e IU comparten camino en Sevilla, pero no compartimos la política económica del PSOE. Gobernamos en Sevilla desde la lealtad institucional, pero nuestra soberanía nos conduce a criticar lo que no compartimos (...) así que cuidadito, cuidadito", le respondió un molesto Torrijos. Los dos protagonistas trataron de restarle importancia al cruce de declaraciones, aludiendo a una apuesta por un café posterior, pero la tensión no sólo no amainó sino que se incrementó.

Del enfrentamiento con el referente del sector crítico y el candidato a alcalde del propio Monteseirín, Torrijos pasó a la presidenta del Pleno, el relevo propuesto por el PSOE provincial ante una posible renuncia del regidor: la presidenta del Pleno, Rosamar Prieto-Castro. En plena intervención, el primer teniente de alcalde comenzó con una retahíla de insultos a la oposición por sus continuas interrupciones que le llevó a excederse de tiempo. La presidenta le advirtió y él respondió airadamente: "Por aquí si que no paso, he ejercido mi derecho a defender la palabra". A la segunda advertencia tuvo que renunciar a la palabra, eso sí, tras un severo toque de atención a Prieto-Castro: "Usted siga así, entregándole el espacio al PP". El punto y final lo puso la propia presidenta, visiblemente enfadada: "Aquí no se entrega absolutamente nada a nadie".

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