En unos tres meses podría estar terminada la restauración del arco mudéjar de la iglesia mayor de Santa Cruz, que empezó ayer con las tareas de limpieza de este elemento y que tiene como objetivo devolver al arco el aspecto aproximado que debió tener originalmente en el siglo XV.
Las obras se centrarán fundamentalmente en los elementos que sustentan el arco, las jambas, muy deterioradas por el paso del tiempo y la humedad. "Los fustes y columnas adosadas están hechos de calcarenita, que es una piedra caliza de la peor calidad", explica Beatriz Taboada, restauradora del museo histórico local y directora del proyecto, en el que trabajan otros dos restauradores más, entre ellos el astigitano David Asencio, que fue responsable de restauración en la escuela taller que rehabilitó la iglesia de San Juan.
"No queremos hacer una réplica que confunda lo construido con lo nuevo, los elementos históricos con los que nosotros añadiremos", apunta Taboada, "porque eso sólo sería falsear un dato". Ese el criterio para rehabilitar y consolidar las jambas del arco de Santa Cruz, que se hace, además, con materiales reversibles "para evitar a una futura actuación los problemas que nos estamos encontrando nosotros con algunos elementos que no sabemos si corresponden al arco original o a algún añadido posterior", explica Asencio. "Cuando dentro de unos años sea necesaria una actuación de conservación en el arco, verán que era antiguo y que parte es la que vamos a poner nosotros nueva", añade.
Esa parte nueva va a consistir en reproducir cómo debieron ser las dos columnas adosadas de algo más de dos metros que adornan las jambas del arco, que irán montadas sobre una estructura de fibra de vidrio y mortero. "El arco como tal no se toca", especifica la directora del proyecto, "porque hace unos cuatro años ya se llevó a cabo la restauración de sus atauriques y toda la decoración vegetal original".
La recuperación del arco mudéjar de Santa Cruz no es una obra aislada. Una vez concluya, se tiene previsto demoler los muros que lo unen con los del recinto de la iglesia y que son un añadido de fines del XIX. "Así se tendrá una perspectiva más amplia del patio", dice Sergio García-Dils, arqueólogo municipal, que añade que la idea es recuperar también los niveles romanos de la iglesia, con una escalera que bajará a estos desde el arco.
