El estado de la iglesia de Santa Catalina, cerrada a cal y canto hace ocho años y medio, no es tan grave como se cree. Al menos es lo que se desprende del primer diagnóstico realizado por el arquitecto de Geocisa, empresa encargada de analizar los daños. A la espera de conocer resultados definitivos de los estudios a los que está siendo sometido el edificio, Francisco Jurado afirmó ayer que "apenas" detecta "indicios de peligro inminente" en esta céntrica iglesia. Metafóricamente, aseguró además que "a simple vista" ve "algunas arrugas, pero no heridas" que deban preocupar.
Jurado realizó estas declaraciones durante una visita guiada al templo convocada para que los medios de comunicación conocieran in situ la situación actual del inmueble, encallado en un dilatado compás de espera entre la primera (las cubiertas ya se arreglaron) y la segunda fase de rehabilitación integral que se requiere para su reapertura. Así, en estos momentos, el aspecto que ofrece su interior nada tiene que ver con aquella imagen desoladora de hace meses donde "un frondoso bosque de andamios" abrazaba la totalidad de los muros.
Ahora el "apeo preventivo" es mucho menor y se combina con otras estructuras metálicas que están siendo empleadas para investigar de una manera científica el "bio ritmo" del templo. Según Jurado, autor de proyectos de reconstrucción en Lorca tras el terremoto, en estos momentos se están desarrollando distintas mediciones del edificio para lo que se han instalado sensores en bases y cornisas de las columnas. A las que se suman otros estudios topográficos "con escáner tridimensional" que suponen "una continuidad" a los trabajos realizados previamente por otras empresas.
Las pruebas permitirán determinar "en un mes o dos meses y medio" si se producen desplazamientos que amenacen la estructura de un templo declarado monumento nacional en 1912 y Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985. No obstante, Jurado restó importancia a los posibles desperfectos y lanzó un mensaje optimista sobre su conservación: "A simple vista apenas presenta agrietamientos ni patologías que indiquen que está en peligro".
Sobre la financiación que se necesita para completar la restauración y que está pendiente de resolver con Junta y Ayuntamiento, el Arzobispado avanzó la firma de un convenio con la Fundación laCaixa para recabar "entre 100.000 y 200.000 euros". De esta manera se abre la puerta a la financiación privada para reunir el montante indispensable para afrontar los trabajos de reforma.
Si bien el secretario y canciller de la Archidiócesis no fijó fecha para el inicio de la segunda fase, sí advirtió de que la intención de la Iglesia de Sevilla es que sea "lo antes posible", una vez que concluyan los estudios de movimiento del edificio y que de éstos sean favorables. Francisco Román aclaró que "hay que dar pasos con seguridad y solvencia" para que este templo recupere todo su esplendor. En este sentido, concluyó que se ha creado una página web (www.iglesiasantacatalina.com), ya en funcionamiento, desde la que se informará debidamente de todo lo relativo a la restauración de un monumento donde tienen su sede las hermandades de la Exaltación, Santa Lucía y Carmen-Rosario.
