Cultura

El arrebatado lirismo de Zemlinsky

El siempre injusto repertorio clásico ha condenado al olvido a muchos compositores, uno de ellos, Alexander von Zemlinsky (1872-1942) es reivindicado esta semana en el Teatro de la Maestranza. (Foto: EFE )

el 15 sep 2009 / 05:18 h.

El siempre injusto repertorio clásico ha condenado al olvido a muchos compositores, uno de ellos, Alexander von Zemlinsky (1872-1942) es reivindicado esta semana en el Teatro de la Maestranza. Sus óperas 'Una tragedia florentina' y 'El enano' alzan esta noche el telón en una reciente producción estrenada en Francfort.

Para reivindicar el talento y la calidad musical del compositor quizás haya que acudir a las palabras que le dedicó uno de los músicos visionarios del siglo XX, Arnold Schoenberg, alumno de Zemlinky, y de quien dejó escrito que a él le debía "el conocimiento de la técnica y los problemas de la composición. Siempre he pensado que es un gran músico, quizá su momento llegue antes de lo que creemos. No conozco a ningún otro compositor después de Wagner que estuviese en grado de satisfacer con mayor sustancia musical las necesidades de la ópera".

Lo cierto es que Zemlinsky pertenece a esa estirpe de músicos que sobrevivió al romanticismo y adelantó, al menos someramente, el rumbo que transitaría la creación lírica a comienzos del siglo XX. Su postura sin embargo no se sitúa en la avanzadilla de Schoenberg ni en el lirismo truncado y brutal de Berg. El autor de la 'Sinfonía lírica' hunde su pluma en referentes inmediatos (Wagner, Mahler) y vivió más atento a las contradicciones de una Viena en pleno auge de la secesión que a los nuevos avances estéticos.

Extraordinario pianista, hombre de mundo, escritor reconocido en la sociedad de su tiempo, su faceta de pedagogo (fue profesor, además de Schoenberg, de Alma Schindler y de Korngold) y de director en óperas de Viena, Praga y Berlín -en 1907 llegó a sustituir a Mahler al frente de la Hofoper, pero fue vetado por Weingartner que asumió personalmente la dirección-, ha hecho pasar desapercibida, en ocasiones, su labor compositiva y su legado operístico.

'Una tragedia florentina' se estrenó en 1916 y 'El enano' en 1921. En los años siguientes, con el respaldo de directores como Otto Klemperer, fueron presentadas en los principales teatros alemanes. La anexión de Austria al III Reich y la guerra significaron para Zemlinsky su exilio a Estados Unidos. Luego, la oscuridad. Hasta comienzos de los 80, ni la obra lírica ni la instrumental merecieron consideración alguna en los escenarios.

Con libretos basados en textos de Oscar Wilde, la 'Tragedia' en una pieza de teatro, 'El enano' en un relato inspirado por la pintura de Velázquez, en especial por 'Las Meninas' y 'Retratos de bufones', a la adaptación de ambas no son ajenas las teorías desarrolladas por el psicoanálisis de Freud y por Weininger. Zemlisky equilibra musicalmente el romanticismo tardío de Brahms, Wagner o Mahler con Schoenberg y la nueva escuela, aunque sus composiciones nunca se ajustaron las nuevas tendencias.

Obras de arrebatado cromatismo, el drama realista y violento de 'Una tragedia' y el cuento de hadas para adultos que configura 'El enano' podrán verse a partir de hoy en el coliseo del Paseo Colón y también los días 27, 29 y 31 de mayo, como colofón de la temporada. Pedro Halffter estará al frente de la Sinfónica de Sevilla en un elenco en el que sobresale Peter Bronder, Robert Künzli y Astrid Weber.

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