Rinat, Aziz y Alejandro, tres artistas, tres culturas, tres visiones y un proyecto en común: el que les ha brindado la Fundación Tres Culturas.
Y este proyecto no es otro que la creación de un tríptico de grandes dimensiones en el que plasmar las visiones que sobre el Mediterráneo pueden tener un artista árabe, una israelí y otro cristiano, en la confianza de que "es más lo que nos une que lo que nos separa", como declara a pie de obra Aziz.
Rinat, de Israel; Aziz, de Marruecos y Alejandro, de Galicia, representan con sus paletas a las tres culturas que de antiguo vienen conviviendo: la judía, la árabe y la cristiana. El objetivo es entablar cauces para el diálogo, en este caso a través del arte, de la pintura.
Es por esto que llevan trabajando en sus respectivos murales, pero codo con codo y departiendo, desde el pasado miércoles en Tres Culturas. Y de su convivencia brotará -ya estará hoy terminada- una obra a la que llamarán, unida, Mediterráneo. Porque serán tres murales en uno, tres visiones en una.
Cada artista ha contado con un espacio de casi dos por dos metros para dar rienda suelta a su creatividad. Los distintos espacios se unen a través de colores y elementos comunes, tal y como pasa con la cultura Mediterránea.
La obra parte de la pintura de Rinat, la israelí, en cuyo centro representa el mar y de éste se ramifican los países del Mediterráneo "como si de una red de neuronas enlazadas se tratara, las mismas que se alimentan del propio mar", explica.
Y también de esta representación parten las obras de Alejandro, el artista cristiano, y Aziz, el marroquí.
En el lienzo del español se homenajea a los elementos naturales y artísticos comunes, tales como el trigo, la vid, las aceitunas, mientras que en la obra de Aziz se alude a elementos presentes en todas las culturas mediterráneas como la navegación, el sol o el juego de las damas.
"He querido representar el tablero de damas o ajedrez porque, vaya por donde vayas por el Mediterráneo, siempre te encontrarás a personas pasando el tiempo con estos juegos".
Tanto la fundación como los artistas se han mostrado muy satisfechos con el resultado y con el buen clima de trabajo. Para Alejandro, "trabajar en común con otra gente y hacer una obra conjunta siempre es un poco especial". "Los tres tenemos una pasión común, que es el arte, y eso está por encima de todo", subraya el marroquí.
"Ojalá este Mediterráneo sea un espacio de paz y convivencia para todos".
