Laura León, la primera apuesta para la nueva galería Cavecanem. / Emilio Morenatti
«Es un buen momento. Es el momento», afirma Fernando Roldán, el galerista sevillano que fundó la histórica Cavecanem en los primeros años 90 y que ahora, en pleno apocalipsis del mercado del arte, se dispone a abrir un nuevo espacio expositivo con el mismo nombre en la capital hispalense, en concreto en el número 3 de la calle Goles. «Es ahora cuando se necesita un espacio como este. Pero el gran reto es tratar de vender», agrega.
Después de varios años en los que Cavecanem siguió existiendo pero solo como espacio virtual en la red, su impulsor ha llegado al convencimiento de que la apuesta por una sala física vale la pena. «Ahora empiezo desde cero. No tengo la cobertura que tenía cuando estaba en San José y llevaba ocho años acudiendo a ARCO, pero vamos con las ideas claras. Esta primera temporada será de mantenimiento, el siguiente paso será intentar salir afuera, y aspirar a estar en el mercado internacional en cuatro o cinco años», explica.
Aunque económicamente no cuenta con ningún colchón «salimos sin red y haciendo una llamada de SOS nada más empezar», dice, el galerista tiene definido su objetivo número uno: el coleccionista. «Con las instituciones públicas ya no se puede contar en el mercado del arte, necesitamos el apoyo de la empresa privada y del particular. Crear colección es algo que el ser humano ha tenido siempre, desde recoger piedrecitas en la playa hasta poseer cuadros», dice.
¿Sigue habiendo buenos coleccionistas en Sevilla? «Son muy contados, hay que fomentarlo», responde Roldán. «Sé que en los últimos años se han incorporado nombres, y desde luego tendremos que coincidir, tomar café y hablar. Pero ahora lo principal para nosotros es volver a ese circuito del arte que permite mover el sistema y generar empleo. El transportista, el que hace los marcos, la imprenta que saca las invitaciones, el bar de enfrente, todos forman parte de la red al final de la cual está el coleccionista».
Sobre el local escogido para refundar Cavecanem, obra del arquitecto Ángel Díaz López, Roldán comenta que «llevaba año y medio buscando espacio. No quería ninguno grande, eso ha quedado ya para las instituciones. Quería tener una oficina donde, a la vez, pudiera exponer, y este lugar me lo permite». Lo seguro es que el resurgir de Cavecanem es también una reivindicación de la galería como el ámbito ideal donde exhibir el trabajo de los creadores. «Últimamente parecía que los artistas solo exponían en bares, y ya sabemos la peligrosidad que tiene eso. Es meterse en la boca del lobo».
A la hora de inaugurar la nueva galería, Roldán ha querido hacer una apuesta diferente. «En realidad me da igual que sea fotografía o cualquier otro medio de expresión, si es hombre o mujer, joven o mayor. Lo que quiero es que lo que cuenta me conmueva», asevera. Y conmovedoras son las instantáneas de Laura León (Sevilla, 1976), muy conocida por su trabajo de reportera pero menos por sus fotografías de autor. Una serie realizada en China que consta de 15 piezas, de las cuales se exhiben solo ocho por evidentes razones de espacio. Una mirada sobre la potencia asiática donde confluyen el progreso más vanguardista y las tradiciones ancestrales. «Lo que yo he captado con mi cámara es lo que puede ver todo el mundo que vaya a China, cómo la cultura tradicional, los valores sociales y el modo de vida de sus habitantes viaja a una velocidad que nada tiene que ver con la de las nuevas construcciones, la fiebre del ladrillo, el vertigo del urbanismo», explica la autora.
Ciudades-colmena en las que se mantienen tradiciones seculares mientras la vida corre a un ritmo endiablado. «Un visitante puede ir a China, volver un año más tarde y encontrar que una ciudad nueva ya ha pasado por encima de aquella que él vio y que aquello que pisó en su primera estancia ya no es más que arqueología», agrega. La doble velocidad del dragón, título de esta primera muestra, permanecerá abierta al público hasta el próximo 15 de marzo.
