El Arzobispado de Granada reitera su "tolerancia cero" y apoyo a la Justicia

El arzobispo no tiene intención de viajar al Vaticano para dar explicaciones sobre lo ocurrido al Papa Francisco.

el 24 nov 2014 / 17:56 h.

El arzobispo de Granada,  Francisco Javier Martínez Fernández. El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez Fernández. El Arzobispado de Granada ha reiterado hoy su colaboración con la Justicia y su ayuda a las víctimas en el caso de supuestos abusos sexuales por el que hoy han sido detenidos tres sacerdotes y un seglar y ha recordado que mantiene su posición de "tolerancia cero" con estas prácticas y con quienes las cometan. El Arzobispado de Granada, según las fuentes consultadas por Efe, ha eludido valorar de momento los arrestos practicados esta mañana y se ha remitido al comunicado de prensa enviado el pasado lunes cuando se conocieron públicamente los presuntos abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra al menos un menor. Según las fuentes, este asunto continúa su curso judicial y el Arzobispado mantiene al respecto su total colaboración en la investigación de los hechos denunciados. Las detenciones llegan un día después de que el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, se postrara ante el altar mayor de la Catedral para pedir perdón por los "escándalos" que han afectado a la Iglesia y asegurara durante su homilía que "el mal es mal" y hay que "erradicarlo" de forma decidida si afecta a inocentes. El prelado, cuestionado en los últimos días desde los propios ámbitos eclesiásticos por su gestión de este asunto, manifestó a algunos periodistas que, de momento, no tiene previsto viajar al Vaticano para dar explicaciones por lo ocurrido, como habían apuntado otras fuentes. De hecho, desde el propio Arzobispado han indicado a Efe que el próximo acto público previsto en su agenda oficial tendrá lugar el sábado 29, a las 19.00 horas, también en la Catedral de Granada, donde se celebrará una vigilia de oración y una eucaristía para inaugurar el año dedicado a la vida consagrada. La causa tiene su origen en la denuncia que un joven de 24 años interpuso en octubre por supuestos abusos sexuales ante la Fiscalía, después de recibir en agosto una llamada telefónica del papa Francisco, que le pidió perdón en nombre de la Iglesia tras leer el escrito en el que le relató los hechos, ocurridos cuando era menor.

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