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El Arzobispado sigue culpando a la Junta del retraso en Santa Catalina

Definitivamente, el inicio de las obras para la rehabilitación de las cubiertas de Santa Catalina está gafado. Si el pasado domingo este periódico daba cuenta de la falta de confianza y las reticencias que el Arzobispado tiene para con la Delegación Provincial de Cultura, ayer esa falta de feeling entre ambas instituciones quedó de manifiesto a las bravas, es decir, vía nota oficial de la Archidiócesis.

el 15 sep 2009 / 23:11 h.

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Definitivamente, el inicio de las obras para la rehabilitación de las cubiertas de Santa Catalina está gafado. Si el pasado domingo este periódico daba cuenta de la falta de confianza y las reticencias que el Arzobispado tiene para con la Delegación Provincial de Cultura, en este caso focalizadas hacia la tardanza en el pago de la parte comprometida por ésta, ayer esa falta de feeling entre ambas instituciones quedó de manifiesto a las bravas, es decir, vía nota oficial de la Archidiócesis.

En ella se expone lo siguiente: "En cuanto a las declaraciones aparecidas en los últimos días con respecto a la contratación de las obras de la iglesia de Santa Catalina, hemos de decir que vivimos con grave preocupación el retraso de las mismas. En el día de hoy [por ayer], una vez más, nos hemos interesado, infructuosamente, por conocer la fecha en que la Delegación de Cultura transferirá su cantidad para poder planificar debidamente no sólo el inicio de las obras, sino la ejecución total de las mismas, sin que ello suponga algún perjuicio para ninguna de las partes intervinientes".

Dicho en román paladín, la Iglesia se sigue escudando para no licitar de modo inmediato las obras, como es su cometido según lo suscrito por convenio el pasado 11 de diciembre, en la demora de la Junta, que no le ha librado aún su parte del dinero comprometida por problemas burocráticos. Lo hará, según se lo ha transmitido ya en dos ocasiones el delegado provincial, Bernardo Bueno, en unas semanas, "en marzo"; pero el Arzobispado sigue empecinado en que se cumplan los tiempos y modos -léase, contar con el dinero en su poder- antes de contratar a ninguna empresa "que pueda, si hubiese algún problema, pedirnos a nosotros responsabilidades", como declaraba el secretario general del Arzobispado, Carlos González.

Desde Cultura, aunque se elude realizar cualquier declaración que añada más leña al fuego, se tiene no obstante una versión diametralmente distinta de lo sucedido en la reunión de ayer. Según ha podido saber El Correo, en la cita el propio Bueno le ha reiterado a la Iglesia que Cultura pondrá su parte a la mayor brevedad, pero eso sí, la apremia a abordar las obras sin más dilación porque tienen dinero en caja para arrancar -los 363.000 euros librados por Urbanismo el 30 de enero-. Según la versión de Cultura, Carlos González se comprometió a que así lo haría, pero la nota remitida por la tarde no expresa lo mismo, lo que ha desconcertado a Cultura, que no entiende, como las asociaciones conservacionistas, lo que está ocurriendo.

Se da la paradoja de que el celo que exhibe el Arzobispado para con Santa Catalina no lo demostró con otra rehabilitación en marcha, la de Santo Domingo en Osuna, donde sí que la archidiócesis ha adelantado dinero y obra aun a sabiendas de que Cultura pondrá su parte al final.

La cosa es más rocambolesca porque ayer Cultura le remitió el esperado borrador de convenio para rehabilitar Santa María la Blanca, que la Iglesia quiere agilizar para firmarlo lo antes posible e iniciar la obra. ¿Querrá, con lo que hay, la Junta?

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