El arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, se acercó ayer hasta la sede de El Correo de Andalucía para interesarse personalmente por los avances en la búsqueda de una solución ante el limbo jurídico en el que nos encontramos sus trabajadores.
Asenjo, que rezó junto a la plantilla una Salve a la Virgen, se ofreció a intermediar si fuera necesario, para poner la mano en el fuego por esta redacción y garantizar la supervivencia del decano de la prensa sevillana que, hace casi 115 años, fue fundado por el cardenal Marcelo Spínola, cuyo retrato portando el primer ejemplar de El Correo pudo contemplar ayer en la redacción.
Monseñor Asenjo, que llegó acompañado de Pablo Enríquez, responsable de prensa del Arzobispado; Marcelino Manzano, delegado episcopal de medios de comunicación; y Borja Núñez Delgado, su secretario personal, saludó uno a uno a todos los compañeros de la redacción, mostró su sorpresa por la juventud de la plantilla y se interesó por la responsabilidad que mantiene con El Correo el que hasta ahora era su propietario, Alfonso Gallardo.
Expresó su fehaciente deseo de que se pueda enderezar la situación para lo que, reseñó, hace falta un mirlo blanco y encomendó a la Virgen que ponga su mano porque Ella puede obrar el milagro. Asenjo bromeó con los redactores que forman el equipo cofrade del diario, de quienes destacó su valía humana y profesional, y aseguró que mantendrá sus oraciones por los trabajadores de El Correo y sus familias en estos momentos difíciles, en los que la plantilla acumula varias nóminas sin cobrar y sigue sin expectativas de hacerlo, ya que tras la oscura operación de venta en la que el Grupo Gallardo se deshizo del periódico sin garantizar su futuro nadie ha asumido la responsabilidad hacia la plantilla, abocando al diario a un callejón sin salida.
Para impulsar una solución, el arzobispo aplicará para los trabajadores de El Correo su primera misa de hoy en el Palacio Arzobispal. Monseñor aprovechó para rezar una Salve a la Virgen, dar su bendición y desear un pronto regreso a la redacción en el que dar las gracias por un final feliz. Desde aquí, El Correo agradece su respaldo y su atención.
