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El asalto al Papa cuestiona sus medidas de seguridad

La agresora, con problemas psíquicos, es la segunda vez que intenta llegar al Pontífice.

el 25 dic 2009 / 20:40 h.

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El Papa en el Urbi et Orbi.

El incidente protagonizado por la mujer que durante la Misa del Gallo se abalanzó desarmada sobre el Papa, empujándole y haciéndole caer, es el más serio sufrido por Benedicto XVI durante su pontificado, aunque no el único, y ha puesto sobre la mesa el tema de su seguridad. La seguridad de Benedicto XVI no se puede blindar al 100% "si no es creando una muralla de separación entre el Pontífice y los fieles, algo impensable", conociendo el deseo del Papa de acercarse a las personas, afirmó ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi.

Este caso ha traído a la memoria el ocurrido el 6 de junio de 2007 en la plaza de San Pedro, cuando un alemán de 27 años logró superar las vallas de protección e intentó subir al vehículo que trasladaba al Papa mientras realizaba el tradicional paseo entre los fieles antes de la audiencia general. Tras saltar la valla, el joven se arrojó sobre la parte posterior del vehículo, aunque fue reducido por los guardias de seguridad que acompañaban a pie al Pontífice. Al igual que la mujer, el alemán también dio claras señales, según dijo en aquella ocasión Lombardi, de estar perturbado. Susanna Maiolo, de 25 años, de nacionalidad ítalo-suiza, según el Vaticano, que empujó al Papa haciéndole caer, no es la primera vez que lo intenta. Ya en la Nochebuena de 2008 quiso saltar una de las vallas con las que se crea un pasillo en el interior de la basílica de San Pedro para que pase el Papa, aunque entonces, la intervención de la seguridad vaticana impidió que se le acercara. El jueves sí logró llegar hasta el Papa. Se agarró al palio del Pontífice, que cayó al suelo en medio del desconcierto que se generó. Ayudado por el personal del protocolo pontificio, el Papa se levantó y prosiguió en procesión hasta el altar mayor para celebrar la Misa del Gallo. Peor suerte corrió el cardenal francés Roger Etchegaray, que formaba parte de la procesión junto al Pontífice y que también cayó al suelo, rompiéndose la cabeza del fémur, por lo que tendrá que ser operado. Benedicto XVI celebró la Misa del Gallo sin problemas y ayer leyó el Mensaje de Navidad e impartió la bendición Urbi et Orbi.

Esta falta de seguridad también la ha sufrido recientemente el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, y Barack Obama, en este último caso sin consecuencias.

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