El ascenso de IU avala a Maíllo como candidato a la Junta

El líder regional presentará el ascenso en ciudades medias y pueblos donde gobiernan como aval ante el Consejo Andaluz que abre el viernes el proceso para designar candidato a la Junta.

Antonio Maíllo y el coordinador federal de IU, Cayo Lara. / EFE Antonio Maíllo y el coordinador federal de IU, Cayo Lara. / EFE Al empezar la campaña a las europeas los partidos sabían que iniciaban un ciclo electoral de dos años: europeas, municipales, generales (2015) y autonómicas (2016). La dirección regional de IU empezó a analizar ayer el comportamiento de su electorado sobre el mapa andaluz y constató dos realidades que consideran extrapolables a los próximos comicios. La primera es un ascenso «significativo» en los municipios donde gobiernan solos o en coalición (en muchos pasan de segunda a primera fuerza). La otra es que, siendo todavía un partido organizativamente débil, IU ha logrado un enorme incremento de votos en ciudades medias donde antes eran irrelevantes: Marbella, Dos Hermanas, Montilla, Andújar, Vélez-Málaga... En pueblos de Córdoba, Sevilla y Málaga el repunte ha sido mayor, pasando incluso del 9 al 22% de apoyos. Esta lectura es la que el coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, presentará este viernes al Consejo Andaluz, que abrirá el procedimiento para la designación del candidato a la presidencia de la Junta. «Si Maíllo se sentía reforzado antes de las europeas para ser elegido, ahora lo está más», dice un miembro de la dirección. El líder de IU hizo ayer un balance de todo el ciclo electoral que afronta su partido, desde las europeas, que serían el suelo –las que menos participación e interés despiertan en la gente– hasta las municipales, que serían el techo. Según la proyección que Maíllo hace de los comicios del domingo, IU subiría hasta el 22 y el 25% en las municipales; hasta el 15 y 16% en las generales, y entre el 18 y el 22% en las autonómicas. De ser así, la federación de izquierdas pasaría de los 12 diputados que tiene ahora en el Parlamento a 24. Es una lectura «optimista», admiten, de un partido pequeño que ha logrado duplicar votos en las europeas respecto a 2009, un 11,64% de apoyos que mejoran su marca en las autonómicas de 2012 (que metió a IU en la Junta) y se igualan al techo de Julio Anguita en 1996. Así las cosas, no es de extrañar que Maíllo respondiera ayer que a «IU le vendría muy bien un adelanto electoral», aunque acto seguido abogó por «terminar la legislatura, cumplir el programa y desterrar las claves de esa vieja política cortoplacista que sólo aspira a sus intereses particulares». Los tiempos de la coalición de izquierdas siguen marcados por el ritmo político de la presidenta Susana Díaz, y los convulsos movimientos del PSOE en Ferraz. Si hasta ahora IU ha dormido con un ojo abierto junto a su socio de Gobierno, a partir de mañana aumentará la guardia. Otra clave que arroja incertidumbre al próximo panorama político es que IU ya no es la única referencia de la izquierda ni la única alternativa al bipartidismo. A nivel federal, la coalición que dirige Cayo Lara ha triplicado apoyos. Pero Podemos, del joven activista vinculado al 15M, Pablo Iglesias, le ha desplazado como tercera fuerza política en ocho comunidades, incluida Madrid, Asturias, Canarias, Cantabria, Baleares, País Vasco y Ceuta. En cambio se ha reforzado en Andalucía y Cataluña. La distancia que separa Podemos de IU es menor a nivel estatal que a nivel andaluz. Muchos creen que la federación de Maíllo ha modernizado y rejuvenecido su equipo, sus formas y su mensaje, más de lo que lo ha hecho Cayo Lara, cuyo discurso aún suena ortodoxo y rígido a quienes buscan alternativa al bipartidismo. Desde Andalucía, advierten de que «si hubiésemos ido en una misma lista con Podemos, no habríamos llegado al 11%. En política uno más uno no siempre es dos. Nosotros no hubiéramos sacado más diputados sin Podemos». La IU federal no ha bajado del 8% en ninguna región, excepto en Extremadura (6%), donde el PP gobierna con apoyos de la coalición. «El resultado de las europeas también ha reforzado el modelo andaluz de IU frente al extremeño», dice un dirigente. El Gobierno de coalición en Andalucía, vilipendiado en otras regiones como «un pacto con los radicales», ha sido legitimado en las europeas, y ahora servirá de molde a otras comunidades donde la aritmética electoral podría desplazar del poder al PP: Asturias, Valencia y Madrid. «El PSOE debe asumir que no podrá gobernar solo», dicen. El problema de este análisis es que IU ya no está sola. Cayo Lara intentó atraer a sus filas a Iglesias, pero éste optó por un nuevo partido sin unas leyes internas tan férreas como las de los comunistas. Lara vio en Podemos un riesgo de fragmentación del voto de izquierda y se lanzó a reivindicar para sí el 15M, algo que IU no había hecho nunca, por pudor ideológico o porque el 15M siempre se interpretó como un movimiento civil de indignación, no ligado a ningún partido. «Hemos estado en el 15M porque somos 15M, no somos unos agregados», dijo en un mitin en Córdoba, algo que no sentó bien a muchos dirigentes de la coalición andaluza.

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