La agresión que permitió descubrir el crimen ocurrió el miércoles por la tarde en el número 10 de la calle Feria . / Pepo Herrera El Cuerpo Nacional de Policía ha puesto sobre las 09,00 horas este viernes a disposición judicial al varón de 38 años detenido como presunto autor de la muerte de un ciudadano boliviano cuyo cadáver fue descubierto en el interior del primero B del número diez de la calle Feria, según ha informado a Europa Press la Policía Nacional. Oculto en un armario y envuelto en mantas. Así fue localizado por la Policía Nacional el cadáver de un hombre de 44 años y nacionalidad boliviana, después de que el autor del crimen confesara que había matado a una persona el pasado sábado en un piso del número 10 de la calle Feria. La víctima habría fallecido tras ser estrangulada por los indicios que presentaba el cadáver, y a falta de que este extremo sea confirmado por la autopsia, que ayer le fue practicada. El arrestado pasará a disposición judicial en las próximas horas, una vez que los investigadores cierren las primeras pesquisas. El crimen de la calle Feria esconde una historia rocambolesca y casi surrealista, de la que poco a poco se van conociendo detalles. Los hechos ocurrieron el miércoles poco antes de las siete de la tarde cuando un joven se acercó al número 10 de la calle Feria, que hace esquina con la calle Castellar, a comprar un móvil. En ese momento, no se podía imaginar lo que se ocultaba tras la puerta de la vivienda a la que se dirigía. Todo se desencadenó cuando el ahora detenido, de 38 años de edad, golpeó «en la cabeza con una botella» al joven para «sustraerle los 400 euros que portaba para la compra del terminal», según confirmó ayer la Policía Nacional en una nota de prensa. Los gritos y golpes fueron lo que hicieron que los vecinos de la calle llamaran a los agentes. Allí, localizaron a un primo del chico que fue a comprar el móvil, «que sangraba abundantemente por la muñeca y los nudillos de una de las manos» después de que rompiera de un golpe el cristal de la puerta del bloque para intentar auxiliar a su primo. Él fue quien relató a los agentes, «de forma apresurada y nerviosa», que el otro joven había subido hasta el piso para adquirir el teléfono y que «se escuchaban golpes y gritos». En ese momento, los agentes vieron como un hombre intentaba descolgarse por uno de los balcones del primer piso y huyendo por la calle Mengíbar, a la espalda de Feria. Un policía lo alcanzó y lo detuvo a los pocos metros tras lo que el joven le manifestó que «huía porque había concertado una cita con un joven para venderle un teléfono móvil, pero que cuando éste accedió al domicilio le agredió» para sustraerle el dinero. Entonces, la Policía procedió a detener al presunto agresor y recuperó la cuantía robada. Cuando el arrestado iba a ser introducido al patrullero para su traslado les confesó a los agentes que «el inquilino de la vivienda se encontraba muerto en su interior desde el sábado, cuando lo había matado», tras ser preguntado por los agentes por la persona que vivía en el piso para contactar con él y llevar a cabo una inspección. El detenido también les dijo que encontrarían «la cartera de una tercera persona, a la que había robado tras una cita con él». Uno de los agentes accedió al inmueble, donde localizó diversos indicios sobre lo ocurrido, hasta que finalmente localizó el cuerpo oculto en un armario, donde estaba envuelto en mantas, según confirmaron fuentes policiales. El inquilino de la vivienda es un hombre de origen boliviano de 44 años, a cuyo cuerpo se le estaba practicando ayer la autopsia. El cadáver presentaba signos evidentes de violencia y, según confirmaron fuentes del caso a este periódico, tenía indicios de haber sido estrangulado. En la vivienda también fueron localizados varios bolsos, según las mismas fuentes, cuyo origen se está investigando también por la Policía. Sin embargo, todo apunta a que se trate de objetos robados, pues precisamente la Policía Nacional estaba tras la pista de un tironero que actuaba por la zona. No obstante, aún está por confirmar si los bolsos localizados coinciden con las descripciones aportadas por las víctimas de los robos en sus denuncias. Tras la detención, el arrestado fue llevado a un centro sanitario para ser atendido de las lesiones que presentaba tras el focerjeo con la víctima. Posteriormente, fue llevado a dependencias policiales, donde permanecía ayer y donde los policías comprobaron que no contaba con antecedentes. El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación y trata de esclarecer ahora qué ocurrió el pasado sábado, cuando ocurrió el crimen. Para ello está tomando declaración a los vecinos de la zona y al propio detenido, tras lo que será puesto a disposición judicial en las próximas horas.