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El ataque hace colista al Cajasol

El Cajasol sólo promedia 64,3 puntos por partido, una cifra paupérrima que contrasta con un rendimiento defensivo aceptable (75). Sólo uno de sus jugadores tiene dobles dígitos frente al aro contrario. Una cuarta derrota el sábado ante Estudiantes puede precipitar cambios.

el 21 oct 2009 / 22:19 h.

Es de perogrullo que siendo el último de la clasificación, un equipo no puede más que presentar unas estadísticas acordes con las derrotas, o más bien al contrario, las pobres estadísticas que acumula el Cajasol le llevan a firmar un arranque de Liga desilusionante. Y esas cifras dejan al descubierto que el daño colateral que ha provocado la frustrada nacionalización de Josh Asselin, la salida de Maurice Ager, llamado al papel de alero anotador, tiene un impacto mayor del que se pudiera haber planeado en principio, cierto es que extraordinariamente aumentado por el bajísimo rendimiento del propio dominicano.

Y es que la herida por donde mana la sangre cajista en abundancia en este arranque de temporada con tres derrotas en otros tantos partidos se ubica en el aro contrario. La defensa, aunque mejorable, está a un aceptable nivel, dado que el conjunto de Joan Plaza sólo ha recibido 75 puntos de media, ocupando el décimo puesto de la lista. La avería gorda está a la hora de anotar. Los sevillanos sólo promedian 64,3 puntos, una cifra paupérrima. El CB Granada, que comanda la lista, ofrece unos guarismos de 87, habiendo anotado 68 puntos más en total que los sevillanos, que son los únicos que no han superado la barrera de los 200 puntos en estas tres jornadas, es decir, como si hubiesen jugado un partido más los de Trifon Poch.Acercando la lupa al ataque sevillano, se puede observar que también es único en una cuestión: sólo tiene un jugador en su plantilla que supere los diez puntos de media (Earl Calloway, 13). Estudiantes, rival inminente y que tampoco conoce la victoria, tiene, por ejemplo, tres.Después de Calloway, el panorama en la batería exterior es desolador: Ellis (5.7), Lorbek (4.3), Miso (5)... Tariq Kirksay está a medio camino entre la pintura y el hábitat de un tirador, aunque sus 6,3 rebotes de media, que lo convierten en el mejor del equipo en esta faceta, aclara cuál es su área de mayor influencia. Kirksay aporta 9,3 puntos, por lo que en términos generales sin duda es el jugador con mejor rendimiento. Y eso que llegó el último.

Junto al base estadounidense y el francés, el tercer jugador que ofrece dobles dígitos en valoración (12.3 Calloway y 11.7 Kirksay) es Juanjo Triguero, que no ha arrancado mal: 9.7 puntos y 6 rebotes.En el tema de los rechaces el rendimiento del Cajasol de Joan Plaza es de lo más curioso. Es el líder de la liga en rebotes ofensivos, con 14 de media (Triguero es segundo con 3,3), sólo cuatro menos que los que atrapa en defensa, donde es penúltimo de la ACB. Es obvio que no sabe sacarle partido a esa fuente de segundas y terceras opciones de las que disfruta en ataque, víctima de unos porcentajes, como se pudo observar ante el Real Madrid y en el último choque ante el Lagun Aro, impropios de un equipo de la Liga ACB.

En tiros de dos registra un 44%, un acierto más propio de los triples, pero ahí también tiene un acierto increíblemente bajo (28%). Ni siquiera destaca en los tiros libres (70%), lo cual tiene menos explicación aún. Es quinto en recuperaciones (9,3), una estadística que palía en parte su tendencia a perder demasiados balones (16,3). Esa doble cara la representa mejor que nadie en esta faceta Calloway: es quinto en recuperaciones de la liga (2,33), pero tercero en pérdidas (4).El partido del próximo sábado en el Madrid Arena ante Estudiantes puede activar la toma de decisiones en cuanto a cambios en la plantilla del Cajasol.

Una cuarta derrota consecutiva, además ante otro rival directo por escapar de los puestos bajos de la tabla, podría llevar al club a hacer una remodelación que ya barajan. El caso de Josh Asselin está sobre la mesa y además es delicado, por cuanto el jugador atraviesa por problemas personales que están afectando a su rendimiento, bajísimo, más allá de que su frustrada nacionalización le haya podido descentrar. Sus compañeros le arropan, al igual que el cuerpo técnico, pero la difícil situación deportiva juega en su contra. Maurice Ager espera mientras se busca un pívot comunitario.

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