La coincidencia hizo que ayer se registrasen en Sevilla cinco accidentes leves de tráfico entre las siete y cuarto y las ocho y media de la mañana. La mala fortuna quiso que se produjesen en puntos clave para la circulación como son Tablada, la Palmera, la entrada a Sevilla por la A-92, el puente del Quinto Centenario y la avenida de Ramón y Cajal, en Nervión. El resultado lo sufrieron miles de conductores sevillanos: un atasco que según el Ayuntamiento fue "perfecto" en el peor de los sentidos, pues colapsó arterias vitales y ocasionó retenciones kilométricas. Lo de ayer es comprensible y hasta justificable, pues se acumularon circunstancias que hicieron casi inevitable que se conformasen las retenciones, pero sí es verdad que para muchos sevillanos, este paisaje de atascos es su realidad del día a día y que no necesitan esta concatenación de accidentes para sufrir un colapso que, para ellos, ya no es ni noticia.
