La explosión de un coche bomba ayer en Damasco causó la muerte de 17 personas y dejó heridas a otras 14 tras un atentado sin precedentes en la historia reciente del país. Su autoría, por el momento, no ha sido reconocida por ningún grupo.
El estallido se produjo en la carretera que comunica Damasco con el aeropuerto de la capital, a alrededor de las 07.00 horas. El vehículo se encontró cerca de donde se encuentra el mausoleo de la nieta del profeta Mahoma y, por tanto, lugar de culto para miles de peregrinos chiíes provenientes de Irán, Líbano, Irak o Siria. En la zona también se encuentra un centro de la seguridad del Estado.
El ministro de Interior, Basam Abdel Mayid, calificó el siniestro de acción "terrorista y cobarde" e insistió en que la bomba tenía como objetivo acabar con la vida de ciudadanos. "Fue una operación terrorista y cobarde contra una zona muy transitada", dijo el Ministro.
Los vecinos de la zona, que describieron el estallido como un temblor de tierra, aseguraron a la cadena Al Yazira que el número de víctimas podría haber sido mucho mayor si se hubiera producido en un día de diario y no en sábado, cuando la actividad laboral es muy reducida.
Asimismo, el responsable sirio dijo que hasta el momento se desconoce qué grupo u organización perpetró el ataque, cuya autoría aún no ha sido reconocida por ninguna agrupación.
La emisora estatal siria afirmó que el coche estaba cargado con unos 200 kilogramos de explosivos y que unidades de la lucha antiterrorista han abierto una investigación para intentar esclarecer el suceso. El estallido también causó considerables destrozos en las fachadas de viviendas y edificios en un radio de varias decenas de metros.