Una de las joyas de la corona de la sanidad andaluza se llama Da Vinci y es un robot, inspirado en el primer autómata que diseñó el polímata italiano y que, salvando las distancias, imita alguno de sus movimientos. Con esta máquina de altísima tecnología, adquirida en 2007 con un coste aproximado de 1,5 millones de euros, la exactitud es tal que poco a poco el Virgen del Rocío está ampliando el campo de trabajo para abrir el abanico de intervenciones que realiza.
Hasta hace poco, se ha empleado para operaciones de cáncer de próstata, de colon y para algunas intervenciones vasculares aunque ya ha sido validado para realizar operaciones de cáncer de cuello de útero, el más difícil para realizar por lamparoscopia. De hecho, a finales del mes pasado se logró realizar en el Virgen del Rocío la primera operación de cáncer de cuello uterino en España preservando la fertilidad de la paciente, una mujer de 26 años con deseos de ser madre.
El doctor Rafael Torrejón, director de la unidad de gestión clínica de Ginecología del Virgen del Rocío, y la doctora María Ángeles Martínez, jefa de la unidad de Ginecología, explican las bondades de este robot, qué implica para la cirugía y hacia dónde creen que irán los avances científicos en este aspecto. "Tiene muchas ventajas la máquina dado que tienes una visión en tres dimensiones, lo manejas absolutamente, estás sentado por lo que se reduce la fatiga del médico si la operación es de varias horas. Además, una operación convencional que puede durar ocho o nueves horas, con el robot Da Vinci podría hacerse en tres o cuatro, con lo que todo ello supone de ahorro de costes", explica el doctor Torrejón. A pesar de estas grandes ventajas, este robot no se adquirió para la cirugía ordinaria ya que sus costes de uso son muy elevados. De hecho, en Andalucía sólo hay uno más en Málaga- y otro en Granda sólo para prácticas- y en toda España sólo suman siete en centros públicos.
Una vez adquirido, a una empresa californiana de Palo Alto que tiene la patente, se exigía un estudio de validación. Es decir, hacer un numero de casos para compararlos con la cirugía convencional y realmente analizar los resultados de los dos tipos de operaciones. Y antes, además, no todo es llegar, coser y cantar sino que los profesionales que vayan a trabajar con Da Vinci deben formarse en un curso especializado -el doctor Torrejón lo realizó en Estrasburgo- en el que rápidamente se dan cuenta de que es "extraordinariamente simple" para todo lo que es capaz de realizar. Y para el doctor Torrejón, el gran invento de la robótica "no es la cirugía sino la docencia", con lo cual el avance será aún mayor para las próximas generaciones.
