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El autor del atropello de Paseo Colón paga la multa y ve reducida en un año su pena

La familia de Fernando Vargas ha abonado la multa de 4.320 euros impuesta.

el 09 feb 2014 / 12:04 h.

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Fernando Vargas, el joven que fue condenado por la  Audiencia Provincial de Sevilla por atropellar mortalmente a dos  jóvenes, Patricia Alfaro y Almudena González, en el Paseo Colón de la  capital hispalense en la Semana Santa de 2010, ha abonado finalmente la multa a la que fue condenado y, de esta forma, ha visto reducida  su pena en un año de cárcel. Fuentes del caso han informado a Europa Press de que el joven fue  condenado a seis años de prisión y al pago de una multa de 4.320  euros, la cual inicialmente no pagó, por lo que el Juzgado de lo  Penal número 8 de Sevilla lo condenó a un día de privación de  libertad por cada dos cuotas de la multa impagadas, lo que hace un  total de un año de prisión, elevando la condena a siete años. Tras ello, la familia del joven abonó la multa impuesta, dictando  el Juzgado una providencia en la que le quitaba ese año de prisión  adicional que le había impuesto, por lo que finalmente la condena se  queda en seis años de prisión, que cumplirá en el año 2016, pues  ingresó en prisión el 5 de abril de 2010. El Juzgado de lo Penal número 8 condenó a Fernando Vargas a seis  años y medio de prisión como autor responsable de un delito contra la  seguridad vial en su subtipo de ir conduciendo sin carné --seis  meses--, dos delitos de homicidio imprudente en concurrencia con un  delito contra la seguridad vial en el subtipo de conducción temeraria  --cinco años de cárcel--, y un delito de omisión del deber de socorro  --un año--. Tras los recursos presentados tanto por las acusaciones como por  la defensa, la Audiencia Provincial absolvió al acusado del delito  contra la seguridad vial en su subtipo de conducir sin carné,  quedando la pena final en seis años de prisión. Durante la celebración de la vista oral en febrero de 2011, el  condenado aseguró que el semáforo donde tuvo lugar el fatal  siniestro, ubicado frente a la Torre del Oro, estaba en verde, que  circulaba a 60 kilómetros por hora y que "en ningún momento" vio a  las víctimas, pero que cuando sintió el impacto levantó "el pie del  acelerador", fue frenando y orillándose a la derecha con el objetivo  de parar porque "nunca" se quiso dar a la fuga.

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