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El "aviso" de la Virgen

La “fatiga” de los materiales provocó la rotura del varal de la Blanca Paloma

el 14 jun 2011 / 19:52 h.

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Uno de los santeros afianzó el varal roto al palio.

La caída en seco del costero derecho sobre las arenas terminó por aguillotinar el vástago interior del varal , muy castigado ya por las continuas tensiones que sufre el paso durante la procesión. Es lo que en términos de ingeniería se conoce como "rotura por fatiga de materiales". Ésta es la primera hipótesis que han avanzado los técnicos de la Escuela Superior de Ingeniería de Sevilla que anteanoche inspeccionaron a puerta cerrada las andas procesionales de la Patrona de Almonte, después de que la rotura del varal delantero derecho obligara a suspender, en una decisión sin precedentes, la procesión de la Blanca Paloma por las calles de la aldea el pasado lunes de Pentecostés.


José María Gallardo, responsable del grupo de Metalurgia e Ingeniería de los Materiales, fue el coordinador en 2003 del diseño y la fabricación de la nueva estructura interna del paso, gracias a la cual se logró reducir su peso unos 200 kilos. En aquella operación se sustituyeron el hierro y la madera de la anterior estructura interna por aluminio de alta resistencia empleado en construcciones aeronáuticas, en combinación con aceros inoxidables. Junto a Jaime Domínguez Abascal, responsable del grupo de Ingeniería Mecánica, ambos acudieron la noche del lunes a la aldea almonteña para realizar una primera inspección del paso.

El de la Virgen del Rocío , subraya Gallardo, es "un prototipo único, con una estructura y unos materiales que están a la vanguardia de la técnica, lo que no quita para que pueda ocurrir un fallo por alguna cuestión que no se haya logrado precisar perfectamente". Este catedrático apuesta por "afinar el diseño inicial" y "hacer un replanteamiento de las hipótesis de trabajo". Es decir, analizar "cuántas veces los hermanos tiene que coger y subir" las andas a lo largo de la procesión para mejorar su diseño, toda vez que, admite, "el paso tiene unas solicitaciones que no son las que en aquel momento se pudieron prever".

Las andas de la patrona de Almonte serán reparadas una vez que la Virgen sea entronizada de nuevo en su altar, circunstancia que no se producirá hasta después del 29 de junio, día fijado para la toma de posesión de la nueva junta de gobierno de la hermandad Matriz que saldrá de las urnas el próximo viernes.

Así lo confirmó ayer a este periódico José Joaquín Gil Cabrera, presidente saliente de la Matriz almonteña, quien aclaró que para este proceso se procederá al desmontaje de los varales, cuyo interior está compuesto de un vástago "macizo" realizado con aluminio de alta resistencia "como el que usan los aviones". Además, él ha solicitado a los técnicos que no sólo se sustituya el varal roto en la procesión del lunes sino que se proceda a reemplazar los seis varales del paso.


Asimismo, y como medida de precaución, las andas será sometidas en adelante a inspecciones periódicas para comprobar el buen estado de su estructura. "Como las revisiones que se le hacen a un coche, se va a intentar controlar siempre cada año su estado antes de la procesión, de manera que se establezca un protocolo de revisiones".
La última vez que se sometió el paso de plata de la Virgen a una inspección de este tipo fue en 2009, con ocasión de "un arreglo en los basamentos de los varales para hacerlos más altos". En el caso concreto de los varales, para su revisión se desmontan y se realizan unas pruebas con líquidos para controlar si tienen alguna fisura. A punto de ceder la vara dorada de la Matriz a otro presidente, Gil Cabrera asegura que este accidente "ha sido una llamada de atención de la Virgen a todos nosotros". De hecho, señala, los técnicos de la Escuela Superior de Ingeniería de Sevilla han alabado la "prudencia" con la que los responsables de la Matriz actuaron al suspender la procesión y decidir el regreso de la Virgen a su ermita, ya que la rotura del varal "descompensó la estructura" pudiendo provocar algún mal mayor. Sobre la causa de este accidente, Gil Cabrera pone el acento en que "el lunes no se cabía en El Rocío". La presencia de tal muchedumbre "hace imposible que se pueda trabajar debajo de las andas". Y sentencia: "El paso lo tiene que llevar el pueblo de Almonte y los demás tiene que disfrutar viendo a la Virgen en procesión".

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